Una de las charlas TED más vista de la historia es «How great leaders inspire action», en español «Cómo los grandes líderes te motivan a actuar». La hizo en 2009 Simon Sinek, escritor y actualmente profesor de Comunicación Estratégica en la Universidad de Columbia. Hoy en día la han visto más de 38 millones de personas, lo que nos lleva a preguntarnos:

¿Qué secretos esconde el liderazgo para generar tanto interés?  ¿Qué tienen los líderes que nos inspiran y nos motivan a soñar?

Para averiguarlo, vamos a desgranar a través de sus charlas Ted, lo que es el liderazgo para este experto y cómo inspira a los demás a seguir unos patrones que cumplen todos los requisitos para acabar en éxito.

Ten claro tu propósito

Lo primero que se pregunta es qué tienen las empresas, personas y marcas exitosas para llegar donde las demás no llegan. Por ejemplo, ¿qué tiene Apple para ser cada año más innovador y adelantar siempre a la competencia?  O …¿por qué fue Martin Luther King quien lideró el movimiento de derechos civiles cuando había cientos de personas en su misma situación que no supieron llevar el timón? ¿Por qué los hermanos Wright fueron capaces de crear los vuelos tripulados autopropulsados cuando había otros equipos mejor cualificados y financiados que no lo consiguieron?

Siguiendo de cerca el camino de los líderes, Simon Sinek se dio cuenta de que todos ellos repiten los mismo patrones una y otra vez pero lo hacen al contrario que el resto. Él lo llama ‘el círculo de oro’. La clave está en las preguntas: ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Qué?

¿Qué?

Cada una de las empresas y de las organizaciones del mundo saben a ciencia cierta qué hacen.

¿Cómo?

Solo algunas saben cómo lo hacen. Por ejemplo propuestas de valor agregado, proceso patrimonial o propuesta única de venta,…

¿Por qué?

Muy pocas personas o empresas son capaces de saber el por qué de lo que están haciendo. Con el por qué, no se refiere al dinero que se pueda obtener haciendo lo que haces sino al propósito que hay detrás de tus acciones. Y lanza la pregunta: ¿por qué existe tu compañía?

Según esta teoría, todos los seres humanos actuamos, pensamos y nos comunicamos de fuera para dentro. De lo más tangible, como es el ‘qué’ a lo más intangible, que sería el ‘por qué’. Por el contrario, los grandes líderes y la gente que de verdad inspira, lo hacen al contrario.

Venden unas creencias, no un producto

El ejemplo que pone para ilustrar su explicación está basado en la empresa Apple. Si fuera una empresa como las demás, su mensaje de marketing sería:

“Creamos ordenadores geniales (qué), están muy bien diseñados y son sencillos y fáciles de usar (cómo)”.

En cambio, así es como se comunica Apple:

“Todo lo que hacemos, lo hacemos creyendo en un cambio sustancial en el status quo, creemos en un pensamiento diferente (por qué). La forma en que cambiaremos el status quo es creando productos muy bien diseñados, sencillos y fáciles de usar (cómo). Simplemente hacemos ordenadores geniales (qué)”.

Un sencillo cambio en el mensaje puede cambiarlo todo. “La gente no compra lo que uno hace, la gente compra el por qué uno lo hace” explica en el famoso vídeo Simon Sinek y añade “el objetivo tendría que ser hacer negocio con la gente que cree en lo que nosotros creemos”.

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Se rodean de personas que comparten sus sueños

Esta misma teoría la aplica al ámbito de los Recursos Humanos, fundamental para el buen funcionamiento de una empresa. Explica que, si contratamos a alguien solo porque sabe hacer el trabajo, solo trabajará por dinero. Pero, si por el contrario, contratamos a alguien que comparte nuestras creencias y nuestro propósito, nuestra motivación y nuestra filosofía de trabajo, trabajarán con todo su ser por defender con su trabajo esas creencias.

Para explicarlo pone el ejemplo de los hermanos Wright y su vuelo tripulado autopropulsado. Cuando hoy en día se pregunta ¿por qué falló tu producto o tu empresa?  La gente siempre responde con una variante de las tres respuestas tipo: falta de capital, las personas equivocadas o las condiciones del mercado.

La competencia de los hermanos Wright, Samuel Pierpont Langley recibió del Departamento de Guerra de EEUU 50.000 dólares para financiar su «máquina voladora». Además, conocían a las personas adecuadas y tenían muy buenas conexiones y el New York Times le siguió a todas partes. Las condiciones del mercado eran perfectas. ¿Por qué, entonces, fueron los hermanos Wright los que lo consiguieron cuando no tenían ninguno de los ingredientes de la tradicional «receta del éxito»?  Según Simon Sinek, la respuesta es fácil. Tenían un sueño, un propósito que era cambiar el mundo. Gracias a eso, los que trabajaban para ellos, y creían en su sueño, lo hacían con sangre, sudor y lágrimas. Por el contrario, Pierpont solo buscaba la riqueza y la fama.

Los buenos líderes te harán sentir seguro

Esto se debe a los sentimientos de confianza y cooperación. El mundo exterior está lleno de peligros que pueden reducir nuestras posibilidades de éxito: altibajos en la economía, incertidumbre del mercado de valores, nuevas tecnologías que hagan que tu modelo de negocio se venga abajo de un día para otro o puede ser simplemente que tu competencia intente hacerte fracasar. Esos factores externos no se pueden cambiar, son una constante y no van a desaparecer.

La única variable son las condiciones dentro de la organización y ahí es donde importa el liderazgo, porque un líder es el que marca las pautas. Un líder debe decidir poner por delante de sus necesidades a las personas de la organización, porque de esta forma, no perderán energía para protegerse las unas de las otras y pueden centrarse en perseguir las oportunidades. Los grandes líderes nunca sacrificarían a las personas para salvar las cuentas, en todo caso sacrificarían las cuentas para salvar a las personas.

Hay líderes y personas que lideran

Como conclusión, Simon Sinek explica que hay líderes y hay personas que lideran. Los líderes tienen una posición de poder o de autoridad, pero los que lideran nos inspiran. Ya sean individuos u organizaciones, seguimos a los que lideran, no porque tengamos que hacerlo sino porque queremos hacerlo. Seguimos a los que lideran no por ellos, sino por nosotros. Son los que comienzan con el «¿por qué?» los que tienen la habilidad de inspirar a los que les rodean o de encontrar a otros que les inspiren.

Photo by  Simon Sinek at TED2014 by TED CONFERENCE

 

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