Rosalía Emprendedora

Lecciones que un emprendedor puede aprender de Rosalía

[vc_row][vc_column][vc_empty_space][vc_column_text]Imagen: Rosalía. Atribución: Wikimedia Commons (CC).

 

Puede que su estilo musical de fusión de flamenco con música urbana no sean lo tuyo, pero como marca, cultura y trayectoria, la historia de Rosalía es intachable. Los importantes premios recibidos demuestran la acogida y admiración por su trabajo, y hasta Almodóvar la ha incluido en su última película, “Dolor y Gloria”.

 

En su libro ¿Eres imprescindible? (Ed. Gestión 2000), Seth Godin, gurú del marketing y la organización empresarial, habla de los artistas. “Un cantautor que intenta colar su canción en el top 40 a toda costa no es un artista, es un mercachifle. Bob Dylan sí es un artista”. El artista va en su definición mucho más allá de la música, la pintura, la escultura o la escritura: ser artista es una actitud, y ahí dentro cabe cualquier profesional que ambicione ir mucho más allá del trabajo mecánico y monótono, cabe el que quiere trascender, marcar la diferencia y compartir su genialidad sin esperar nada a cambio.

Rosalía, que en el último año ha explotado en fama, éxito y prestigio, encaja perfectamente en esa definición de artista. No encaja en moldes anteriores, los que le hubieran asegurado en mayor medida el éxito, sino que creó su propio camino a lo largo de más de una década de trabajo.

Empezó con flamenco tradicional, luego desarrolló su propio estilismo, que le sigue caracterizando a día de hoy, continuó dando con la tecla de un éxito más mainstream -‘Malamente’- y terminó con la publicación del álbum completo ‘El mal querer’. El que le catapultó al éxito, no solo en España.

 

Rosalía: ejemplo para emprendedores en clave de sol

Este camino de Rosalía tiene mucho que ver con el que puede seguir un emprendedor con su startup. Fue un camino largo, encontró dificultades, pasó malos momentos -como cuando tuvo una mala actuación en un reality en 2008, a los quince años, y le dijeron que no valía para la industria musical- y se terminó sobreponiendo. Algo muy habitual cuando en algunas fases tempranas muchas startups quedan descartadas en demo days o frente a business angels.

 

 

Tras aquel fracaso, que además fue público al emitirse por televisión, Rosalía se superó frente a la adversidad y continuó con su trayectoria musical, lejos de la primera línea de la fama, durante años. No desistió.

La financiación es uno de los grandes dolores de cabeza para todo emprendedor y para Rosalía también lo fue. En abril de 2018, un mes antes del lanzamiento de ‘El mal querer’, publicó un vídeo en el que hablaba de su proceso de creación. Admitió que se estaba financiando ella misma la publicación del álbum. “Me he quedado en números rojos”, llegó a decir. Apostó todo lo que tenía a la culminación de una década de trabajo sin el apoyo de las discográficas.

Esto, de paso, le sirvió como argumento contra todos aquellos que creían que Rosalía era producto del marketing, y no tanto de su talento artístico. En cualquier caso, queda como ejemplo, también para emprendedores, de alguien que cree en su proyecto, en su talento, hasta el final, y no le importa quedarse a cero. Jeff Bezos, CEO de Amazon, creó la empresa en 1994 invirtiendo todos sus ahorros y parte de los de sus padres: les pidió 300.000 dólares para arrancar en un garaje junto a tres empleados.

Rosalía, más allá de no recibir apoyo de sellos discográficos hasta que ya se había hecho mainstream (Sony Music la fichó en septiembre de 2018), es un ejemplo también por su forma de cultivar su propia imagen, su marca personal, de perfeccionar su producto. Clavado a cómo un emprendedor puede recibir el apoyo de una inversión, algo que le facilita el proceso de crear su empresa y hacerla rentable, pero no le libra de ese trabajo en torno al producto y la marca: es más difícil conseguir una marca poderosa que poder vivir de una empresa propia.

 

 

En noviembre de 2018, en el concierto en Madrid con el que presentaba el álbum -agotó las entradas en media hora-, hubo un detalle que quizás pasase inadvertido para muchos pero fue significativo: justo al final se enjugó las lágrimas. Las de un sueño que se cumplía. En una entrevista con Buenafuente habló de la dureza del proceso. “Me doy cuenta de la dedicación que requiere, de todas las horas que he dedicado desde los trece años, es una locura, es dedicar tu vida entera a la música”.

Resulta paradójico que en todo este tiempo Rosalía ha tenido éxitos en plataforma de streaming, conciertos en vivo e incluso en el mercado estadounidense. Sin embargo, su presencia ha sido menos que discreta en las radios habituales del éxitos comerciales. Incluso a nivel empresarial ha tenido menos respaldo en forma de patrocinios del que podría esperarse de alguien que está viviendo su momento. Tuvo que llegar desde Estados Unidos Tim Cook, CEO de Apple, y presentar el HomePod, el altavoz inteligente de la compañía, en la tienda que tiene la empresa en la Puerta del Sol junto a ella como símbolo de la música actual. Yves Saint Laurent también la fichó poco después.

Lecciones

¿Qué lecciones podemos aprender de Rosalía para aplicarla a nuestro emprendimiento? Unas cuantas.

  • El producto, antes que el marketing. Rosalía ha triunfado enfocándose durante años en su producto y sin capacidad de hacer campañas de marketing, puesto que fue ella misma quien se financió su disco. La recompensa de firmar con un sello discográfico llegó después.
  • Resiliencia. Cualquier quinceañero que llegase a actuar en la televisión con un resultado tan desastroso como el de Rosalía en 2008 se hubiese hundido, más aún si le dedican palabras de desaliento como las que recibió. En su lugar, Rosalía optó por mejorar y reponerse. Exactamente diez años después llegaron todas las recompensas a esa década de trabajo.
  • Cultura. El chándal y las enormes zapatillas deportivas de Rosalía, una forma de asumir el estilo de la juventud actual e integrarse en ella para liderarla, es parte de su cultura de empresa. Comentar positivamente en Instagram Stories el análisis musical que hizo sobre ella el youtuber Jaime Altozano -un vídeo con tres millones de reproducciones-, también. La cultura de una empresa lo impregna todo, le diferencia frente al resto… y en muchas ocasiones va ligada a la forma de vivir y pensar de su fundador.
  • Diferenciación y personalidad. Ha sabido innovar y proyectar una imagen muy diferente a lo que estamos acostumbrados, tanto por la fusión de estilos musicales como por su imagen disruptiva, que ya es un sello de marca como decíamos antes. Hacer algo original, genuino, es lo que la ha hecho destacar entre la multitud. Quizás aquella mala actuación en el programa de jóvenes talentos se debió a que no estaba siendo fiel a su propio estilo.

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