Sí, has leído bien.  No hablo de culturizarse un poco -que también-, sino de practicar teatro y técnicas de improvisación como una herramienta súper potente que va a ayudarte mucho en tu proyecto emprendedor. Yo lo he probado este año y sus posibles aplicaciones me han sorprendido. Si el mundo de la interpretación no estaba dentro de tus planes, lee algunas de las ventajas que puede tener para tu empresa que adoptes este hobby.

La improvisación es, probablemente, una de las dos o tres competencias fundamentales que las empresas tendrán que aprender. John Kao, Harvard Business School

Aunque el teatro te pueda sonar a la Prehistoria, la realidad es que puede ayudarte con tu startup más que nunca. No te hablamos de actuar en el sentido de mentir (con eso no llegarás muy lejos), sino de aprender a poner de forma natural el 100% de ti mismo/a para transmitir esa pasión que sientes por tu proyecto a los demás, ya sean éstos potenciales clientes, proveedores o inversores.

 

via GIPHY

 

Para entender lo positivo de apuntarte a clases de teatro hay que mirar más allá de lo obvio: no se queda en una medicina para vencer la timidez o potenciar tu memoria. Es mucho más que eso, ya que desarrollarás las famosas «habilidades blandas» (soft skills), esenciales para el éxito:

 

1. Agilidad mental y pensamiento lateral para tu Design Thinking

No solo se trata de llevar un papel aprendido, sino de interactuar con tus compañeros, reaccionar y saber gestionar cuando alguien se sale del guion, lo que puede ayudar a mejorarlo adaptándolo a tu audiencia.  Hacer algún «aparte», jugar con el sentido del humor, salirte del personaje para hacer una imitación, dirigirte directamente al público… te ayudará a encontrar fluidez, innovar y ser creativo (pensar «out of the box«, eje fundamental del design thinking), saliéndote del patrón establecido y diferenciándote de la competencia.

 

improvisación para tu startup

 

2. Escucha y empatía para aplicar en Customer Development

Observar, configurar, escuchar y empatizar parar crear tu personaje y reaccionar a las líneas de los compañeros hará más fácil el prestarle atención plena a tu mercado y dar soluciones ajustadas a tu buyer persona. Recuerda que no te puedes mirar el ombligo y crear tu «gran» producto sin tener en cuenta lo que quiere el cliente. Así que esto te ayudará a mejorar tu mapa del cliente y, por supuesto, en negociaciones, resolución de conflictos e incluso a no discutir con tu pareja 😛

 

3. Improvisación teatral como forma de metodología ágil

Uno de los ejercicios que más interesante me pareció fue “el portero” en el que, como si de una ronda de penaltis se tratara, tienes que responder de forma breve a las propuestas que te traen tus compañeros dispuestos en fila con diferentes personajes, situaciones y emociones.

Los ejercicios de improvisación (aquí te dejamos una lista) son brutales para desarrollar tu capacidad de fluir con las situaciones. Esto te va a ayudar no solo a pivotar tu producto o servicio, sino también a abrazar lo impredecible de tu startup y a lidiar con todo tipo de situaciones: como líder/empleador, con inversores, clientes… todo con mucha filosofía zen (be water, my friend).

 

ejercicio improvisación el portero

 

4. Comunicación y proyección personal para mejorar tu storytelling o lanzar tu pitch

Tienes una presentación importante o estás preparando tu elevator pitch y dos horas antes ya estás sudando más que Bruce Wayne y Selina Kyle dentro de sus trajes. Aunque a simple vista parezca que subiéndote al escenario eres el centro de atención, con el teatro ocurre algo curioso: al meterte en un personaje dejas de centrarte en ti y proyectas un alter ego que transmite su mensaje, te vuelves consciente del lenguaje corporal, aspectos esenciales para cualquier presentación: No te suena de nada, ¿no?

 

5. Networking para testar tu PMV

Antes de tener tu producto mínimo viable ya sabes: pregunta, pregunta, pregunta. El teatro te ayuda a eliminar la timidez y potencia tus capacidades comunicativas, lo que te servirá mucho para hablar con la gente y recoger su feedback, evitando lanzarte a una piscina sin agua. Además te servirá para mejorar tu vida social, algo que echan en falta muchos emprendedores.

6. Trabajo duro y disciplina para vencer la procrastinación

No todo es improvisar. Interpretar también requiere de mucho esfuerzo y constancia. Aprenderás a no procrastinar, creando hábitos y venciendo la resistencia a “agarrar al toro por los cuernos”. (¿Echabas de menos estudiar?)

 

7. Compromiso y trabajo en equipo para remar hacia tu objetivo

Si tú no haces tu trabajo, perjudicas al resto de compañeros. Se necesita mucha coordinación y continuidad, y como un equipo en cualquier deporte, tu papel es solo una parte de la obra en su conjunto, pero es fundamental que te pongas las pilas para que el resultado del equipo sea excelente y llegue a puerto.

 

8. Diferentes perspectivas para adquirir flexibilidad

La aportación del profesor/director con su particular visión de la obra y de aquello que los actores puedan aportar hace que sea un trabajo creativo y en el que se toman acuerdos sobre lo que mejor puede funcionar. Es interactivo y ayuda a tener una visión del bosque que le puede ayudar mucho a tu startup. ¡Muy sorprendente!

 

9. Salir de la zona de confort para mejorar tu autoestima y confianza

A base de ejercitar tus dotes interpretativas te acostumbrarás al sentimiento de estar “expuesto”, ser vulnerable y perder el miedo al fracaso y al ridículo. Toda una terapia de shock que te viene de perlas si eres un tímido/a como yo.

 

10. Autocontrol y foco

Descubriendo y trabajando el mundo de las emociones, no solo prestas máxima atención a tu sector, sino que mejoras tu concentración y percibes sensaciones nuevas. Casi casi como descubrir otro mundo. Tiene mucho de mindfulness.

 

concentración startup

 

Teatro significa improvisar: escuchar, proponer, adaptarse, aceptar, creer para crear. Te servirá como terapia particular a lo largo de tu aventura emprendedora, por no hablar de lo divertido que es y de las nuevas amistades que forjarás. ¿Aún necesitas más razones?

 

¿Has hecho teatro alguna vez? ¿Para qué te ha servido a ti?

 

TE PUEDE INTERESAR  Cómo puede el Design Thinking revolucionar tu empresa