Ni uno, ni otro: el uso combinado de elementos de realidad virtual y de realidad aumentada provee una herramienta excepcional para optimizar recursos y beneficiarse de las virtudes de las dos tecnologías.
Black Mirror es una antología de historias independientes, con historias y actores diferentes. Sin una temática definida pero sí con un punto en común: el uso, o abuso, de la tecnología. Una distopía que, lejos de ser tecnófoba, nos advierte del potencial de la tecnología y los rumbos a los que puede llevarnos su empleo indebido.
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