[vc_row][vc_column][vc_empty_space][vc_column_text]Fintech, edtech, healthtech, agrotech… A las corrientes de innovación que habías escuchado hasta ahora se les suma una más, no menos revolucionaria: canntech, la que tiene como estrella al cannabis, ya legalizado en numerosos países y estados alrededor del mundo.
Ese nuevo estado de legalidad de la marihuana la ha hecho ser comparada en análisis como “la fuerza disruptiva más fuerte desde el surgimiento de Amazon”.
Exagerado o no, la planta de cannabis y sus crecientes aplicaciones han atraído inversores, ya sean grandes compañías de alimentos, financieras, tabacaleras y otros sectores, pero también inversores de riesgo. No casualmente, el año pasado marcó un quiebre, según datos del sector, al registrarse una cifra sin precedentes en el financiamiento en esta industria por parte de fondos de venture capital (VC), más atentos a oportunidades que a controversias.
Pero antes de empezar a contarte, una pequeña advertencia: en este post, dejaremos de lado el antagonismo de defensores y opositores “cannabis sí – cannabis no”, al igual que el debate político. El objetivo es contarte lo que está pasando en términos de negocio y sus perspectivas.
El año pasado marcó un quiebre, según datos del sector, al registrarse una cifra sin precedentes en el financiamiento en esta industria por parte de fondos de venture capital (VC), más atentos a oportunidades que a controversias.
¿Por qué canntech ahora?
Existe una tendencia de regulación en numerosos países. A países como Holanda, donde se permite el uso recreativo desde los años 70, se sumaron más recientemente una decena de estados de los Estados Unidos, y Canadá, que es pionero junto a Uruguay.
A estos se agrega un número creciente de países donde el cannabis medicinal o canabinoides (distintos componentes de la planta, como el cannabidiol o CBD, o el THC) han sido regulados. El interés resurgió en los años 90 por un descubrimiento, y ya son muchos los miembros de la Unión Europea que cuentan con normas.
La regulación también ha abordado el cultivo individual, que por ejemplo en Holanda no estaba permitido y se aprobó en 2017.
España: que sí, que no…
Te preguntarás qué ha pasado en España. Pues la ley sobre estupefacientes prohíbe venta, consumo y cultivo de marihuana. Pero hay excepciones: que el consumo esté prescrito por un médico. En este caso, sería un derivado del cannabis en forma de medicamento (hay solo uno aprobado, para tratar la esclerosis múltiple).
Además, el cultivo se permite si la producción es para exportar a sitios donde sea recetado como medicamento. De allí las miles de hectáreas cultivadas en España.
Al margen de la legalidad, hay un mercado negro.
Muy brevemente, quienes defienden el cannabis destacan su capacidad para paliar distintas enfermedades, y sus múltiples beneficios “científicamente probados”, dicen. Entre otros argumentos, ponderan el impacto en ingresos fiscales y puestos de trabajo.
Quienes lo rechazan dicen que no hay evidencia científica suficiente de que los beneficios superen los efectos secundarios, y destacan los peligros del uso. ¿Todo claro? Avancemos entonces.
Grandes aventurados
Consultoras globales, como Standard & Poor’s, han predicho que el crecimiento de la marihuana en el futuro cercano sobrepasará al de los alimentos envasados, bebidas o tabaco.
Pero esa expansión podría dar tracción a esos sectores, ya que, además de la salud, la aplicación y potencial del cannabis atraviesa distintas industrias. Incluso, por ejemplo, la de belleza.
La noticia de que Coca-Cola miraba el negocio para fabricar bebidas saludables con CBD –componente no psicoactivo, como sí lo es el THC-, dio la vuelta al mundo el año pasado. La compañía aclaró, sin embargo, que no haría ningún movimiento hasta que un consenso garantizara la salubridad de los consumidores.
En cambio, Constellation Brands, fabricante de la cerveza Corona y otras bebidas, se lanzó de lleno: adquirió 10% de la canadiense Canopy Growth, la más grande del mundo en el sector del cannabis, e invirtió más tarde USD 4.000 millones adicionales. Igualmente, la tabacalera Altria, dueña de Marlboro, compró cerca de la mitad de Cronos, otra de las firmas canadienses reconocidas. Y AB InBev, la cervecera más grande, firmó un acuerdo con Tilray para avanzar en desarrollos con cannabis.
Mientras todo sube y se publican títulos con grandes anuncios como estos, parte de los mercados percibe un sector volátil que depende de regulaciones algo inciertas, como hemos visto. Algunos analistas, incluso, han llamado a esta tendencia la “burbuja del cannabis”. Otros confían basados en más que fe ciega.
Apuesta de los VCs
En Estados Unidos, según datos de PitchBook, los VCs han destinado USD 1.200 millones antes de la mitad de 2019. El número es mayor al récord de USD 836 millones el año pasado. Pero, a este ritmo, se prevé que en diciembre la inversión de riesgo en cannabis en 2019 sea mayor a los desembolsos en la última década.
“De una docena de empresas respaldadas por VCs en 2013, la suma hoy ha alcanzado cerca de 300”, detalla el informe. Con este entusiasmo, se va fortaleciendo un entramado más allá de cultivadores, fabricantes, distribuidores y vendedores. “La industria hoy incluye plataformas de software, sistemas de puntos de venta, servicios de laboratorio y testeo, consultorías y otros productos y servicios auxiliares en expansión”, detalla el informe.
Por ejemplo, destaca Techcrunch, la startup Eaze, una plataforma de deliveries y envíos que conecta compradores con vendedores legales de cannabis en Estados Unidos, cerró una ronda de USD 65 millones en diciembre, y nuevamente está en busca de fondos, a una valoración de USD 500 millones.
Los que ya hacen proyecciones sobre el mercado europeo, piensan en el potencial: su tamaño es del doble al de la suma de Estados Unidos y Canadá, y se perfila como prometedor para desarrollar un negocio de grandes números. Y, como hemos dicho, no solo en su propio mercado, sino en combinación con industrias de consumo.
Sobre cuándo podrían hacerse efectivas las expectativas, S&P arriesga: “No esperamos que en los próximos dos años el cannabis por sí mismo impulse una acción de calificación en ninguna compañía de consumo grande. Pero creemos que esas acciones podrían materializarse en los siguientes 5 años, mientras los involucrados tengan éxito (o fracasen) en capitalizar las oportunidades del cannabis”.
De usos múltiples y con todo por hacer
Carola Pérez, presidenta del Observatorio Español de Cannabis Medicinal (OECM) y fundadora de Dosemociones, una asociación para ayudar a usuarios terapéuticos, insiste en la importancia de dar un marco legal al cannabis.
Además de promocionar el uso terapéutico, vinculado a su propia historia de dolor y supervivencia que cuenta en esta charla TEDx, vislumbra un fuerte desarrollo inminente asociado a numerosas actividades:[/vc_column_text][vc_video link=»https://www.youtube.com/watch?time_continue=2&v=_UiHWAu5G0k» align=»center»][vc_column_text]“El potencial de desarrollo del cannabis es infinito, no solo a nivel terapéutico sino también lúdico y a nivel de medioambiente”, afirma. Entre las líneas de despliegue, destaca la posibilidad de obtener papel ecológico o telas del uso industrial de las fibras del cáñamo; la regeneración y limpieza de suelos a partir de la planta, y la fabricación de alimentos y su utilización en cosmética. (Y si no, mira la oferta de crema humectante y aceite facial de Sephora).
En su calidad de asesora, dice Pérez, recibe cada vez más peticiones de empresas de múltiples sectores, incluido el informático y el de biocombustibles. “Ahora mismo todo está por hacer y por eso es un momento histórico”, dice.
Las muchas complejidades del cannabis abarcan también la existencia de plantas (cepas) con mayor o menor medida de un componente, que por lo tanto cambian su efecto. Este detalle, clave en la medicina, dice Pérez, requiere investigación y acompañamiento a los usuarios terapéuticos.
“Su potencial radica en que es una planta que no sólo puede emplearse para uso terapéutico, sino también para elaborar papel ecológico o telas del uso industrial de las fibras del cáñamo; para la regeneración y limpieza de suelos, para la fabricación alimentos y hasta para la industria cosmética.”
¿Qué pueden aportar los emprendedores?
Si quieres subirte a esta ola, en España, por el momento, solo podrás hacerlo dentro de los límites legales descritos. Mientras, la investigación está en marcha y España toma roles destacados en mercados ya activos. Por ejemplo, en Uruguay, la empresa española Innova Life cerró este año un acuerdo con las autoridades locales para avanzar en el campo de la medicina, con el desarrollo de distintos genotipos de cannabis de variedad sativa con más CBD y menos THC.
Pero las oportunidades no son solo para los que tienen conocimientos técnicos. Como hemos visto, este complejo sector busca armarse y abastecerse en varios sentidos. Por ejemplo, tecnología.
“Todo va a sumar”, dice la especialista del OECM, que alienta a los nuevos empresarios que quieran adentrarse en este mundillo, pero advierte sobre sus complejidades.
Las trabas que hoy existen para el pleno desarrollo del cannabis en el país, dice convencida, “se van a despejar en un futuro no muy lejano”.
Cannabis al espacio
El cannabis también forma parte de la era de los emprendimientos espaciales. Una empresa planea llevar plantas de cannabis al espacio, para estudiarlas en condiciones distintas a las de la Tierra.
Se trata de Space Tango, que facilita procesos de investigación y desarrollo en un entorno de microgravedad, para crear productos de biomedicina y tecnología que mejoren la vida de los humanos, según la definición de la propia compañía.
El experimento de cultivo y monitoreo se hará en una caja del tamaño de un microondas, llamada “CubeLab”, en la estación espacial internacional. El objetivo es ver cómo puede usarse la gravedad cercana a cero para cultivar determinadas cepas para uso medicinal.
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En definitiva, la variedad de sectores de aplicación es grande, y algunas empresas ya están moviendo fichas para posicionarse en el sector. Un ejemplo reciente: Curaleaf acaba de anunciar que adquirirá Grassroots Cannabis por $875 millones.
Como ves, todo apunta a que dentro de unos pocos años canntech estará a la orden del día.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]
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