[vc_row][vc_column][vc_empty_space][vc_column_text]Fuera el teléfono u otro dispositivo, aquello que ostentaba ser “inteligente” podía sostenerse entre las manos hasta hace no mucho tiempo. Pero ese concepto se extendió a nuestro entorno y hasta las ciudades se volvieron “smart”.
Dime si no compruebas en el móvil a qué hora exacta llegará el próximo autobús o cuál es la ruta más rápida para llegar a casa sin atascos.
Quizás sean las aplicaciones de transporte las que te acercan de forma más directa la idea de smart city o tienes en mente soluciones ya implantadas en algunas ciudades como la recolección de residuos, el aparcamiento o la iluminación inteligentes, los sensores de monitorización ambiental…
Pero sus aspectos son tantos que a veces escapan de tu vista. Y tal es así que las ciudades inteligentes son quizás el concepto multidimensional que más pueden exprimir los emprendedores…
La ciudad inteligente como paradigma de transformación digital abre una ventana de oportunidades a la creación de nuevas actividades empresariales destinadas a resolver problemas
Aunque no lo sepas, ya existen tecnologías en marcha para detectar dónde se abrirán los baches en las calles antes de que eso ocurra; captar las vibraciones de los puentes para monitorizar su estado; o levantar rascacielos de madera más amigables con el medio ambiente.
“La ciudad inteligente como paradigma de transformación digital abre una ventana de oportunidades a la creación de nuevas actividades empresariales destinadas a resolver problemas”, dice Luis Muñoz, catedrático de la Universidad de Cantabria y coordinador del proyecto SmartSantander.
A continuación, te contamos cómo avanzan las smart cities en España y el mundo, y qué oportunidades te ofrecen.
Más smart que nunca: 5G y la revolución de los datos
Según líderes de la industria tecnológica, la inversión global en proyectos para smart cities alcanzará los 34.000 millones de dólares norteamericanos (más de 30.000 millones de euros) en 2020. Tal vez no haya coches voladores, como en las urbes futuristas de las películas. Pero no lo dudes: esta suma de dinero, si no es aún mayor, se destinará a mejorar la calidad de vida y la sostenibilidad en los centros urbanos.
Olvida por un momento lo que habías escuchado sobre ciudades inteligentes, porque su definición ha cambiado desde sus primeros esbozos, dice Muñoz.
“En sus inicios, el push de las smart cities era la infraestructura que permitiese censar lo que sucedía. Desde entonces, el concepto ha evolucionado hacia la explotación y puesta en valor de los datos relativos a los servicios y realidades de la ciudad”, explica. Es decir, se ha pasado de desplegar la tecnología básica a explotar sus resultados.
Son datos y más datos. Con ciudades sensorizadas, la cosecha de información se convierte en base de diseño y despliegue de más eficientes y nuevos servicios, destaca el especialista.
Claro que la evolución de la tecnología de base acompaña el proceso: el 5G (muy breve: una red de internet móvil ultrarrápido) está en el corazón de las ciudades inteligentes.
En España, este desarrollo está contemplado en un plan Nacional -en concordancia con los objetivos de la Unión Europea- que proyecta en la instalación “un efecto transversal sobre el conjunto de la economía y sociedad”. La expectativa de una verdadera transformación digital se relaciona con una capacidad de transferencia de datos sin precedentes.
Hasta ahora, apenas se han realizado las pruebas piloto, pero más temprano que tarde el 5G estará al alcance de todos. ¿Ya estás pensando cuántas cosas podrías hacer con semejante caudal de datos?
Smart cities, sector para emprendedores
Infraestructura de vanguardia en marcha, capitales fluyendo e infinitos problemas en busca de soluciones. Suenan como los planetas alineados para emprender.
En las smart cities, hay espacio para los distintos sectores: público (un ejemplo local, Red.es), privado y la academia.
En el plano empresarial, podrás decir con razón que será difícil competir contra Google, por mencionar a uno solo de los grandes lanzados al negocio. Sin embargo, la apertura a la innovación de las ciudades que aspiran a ser inteligentes reserva espacios para el desarrollo de startups, conscientes de su importancia para la creación de soluciones disruptivas.
“El despliegue de tecnología ha abierto una ventana de oportunidad para que el ciudadano participe muy activamente, tanto consumiendo tecnología y datos, como también formando parte del ecosistema de innovación y desarrollo al que da lugar la smart city”, dice Muñoz.
Estás de suerte. Si sabes detectar necesidades urbanas y convertirlas en nuevos modelos de negocios, con seguridad tendrás espacios para consolidarlos e impulsarlos.
Soluciones pequeñas para sumar comodidad
Antes de empezar con proyectos de grandes dimensiones, te traemos un ejemplo sencillo para mostrarte que si el objetivo es mejorar la calidad de vida, tú mismo puedes contribuir a mejorar las ciudades hasta en lo más básico. Dime si este no es un ejemplo de funcionalidad…
En varias ciudades de Estados Unidos, la firma Dog Parker ha instalado pequeñas casitas para que los dueños puedan dejar a sus mascotas mientras hacen recados. Los compartimentos, que solo un usuario puede destrabar, tienen cámara y control de temperatura, entre otras características.
¿Lo usarías tú para tu mascota?
El caso lo demuestra: ideas y soluciones novedosas a cualquier nivel pueden contribuir a las ciudades inteligentes.
Blockchain, y adiós a la burocracia
Una base de datos en una red segura y distribuida, con mínimo o nulo margen para la corrupción, parece ideal para la administración pública. Esta cadena de bloques o blockchain -la tecnología detrás de a moneda virtual Bitcoin- aparece como una solución coherente con la transparencia y eficiencia que persiguen las ciudades inteligentes.
El entorno digital confiable, con flujos de datos ayudados por la nueva red 5G, se construiría con contratos inteligentes que se inscriben en este libro de transacciones inalterable. Te hemos contado en un post sobre blockchain acerca de la implementación en el mercado inmobiliario de Suecia.
Así, en los registros administrativos de la administración pública en general, dicen los especialistas, el blockchain podría proveer una plataforma de interconexión transversal. Lo mismo serviría para pagos y otros procesos en los que serviría para eliminar el papel y demoras burocráticas.
Transporte autónomo: ni público ni privado
Como ya te contábamos en este otro post sobre micromovilidad, el tránsito es un aspecto problemático común a las ciudades. Una investigación que surge de una alianza entre el MIT y la Fundación Nacional de Investigación de Singapur sobre esa ciudad -pero aplicable en otras- mostró el potencial impacto de los vehículos autónomos sobre el tránsito.
El problema: el análisis indica que los vehículos privados pasan el 95% del tiempo estacionados, y ocupan dos espacios -uno en el hogar, otro en el trabajo-, por lo que las calles se saturan.
La solución: el uso de vehículos autónomos reduciría hasta un 85% esa demanda de espacio, con un efecto similar en el tráfico. Estos autos compartidos pasarían más tiempo en movimiento, llevando y trayendo pasajeros.
Se trata de un modelo de transporte mixto. Lo explica Carlo Ratti, director del Laboratorio de Ciudades del MIT: “Los vehículos autónomos reducirán la brecha entre los medios de transporte privados y públicos. En lugar de quedar estacionado, el vehículo podría llevarlo a trabajar por la mañana y luego ser útil a alguien más en la familia, vecindario, comunidad o ciudad».
Fuera de esta prueba, la idea de reducir el número de plazas de aparcamiento, y que los ciudadanos ya no dependan de un vehículo particular, es también parte del plan de Boston, inspirado en Amsterdam, Oslo y Helsinki.
¿Crees que es una visión futurista? Pues, podría estar aquí antes de que puedas darte cuenta. Si eres emprendedor, sabrás que el campo del transporte siempre acoge soluciones que prometan cambios.
Evitar tragedias desde el smartphone
Solo con dos móviles se puede obtener información 120 veces más precisa que con dos sensores fijos.
Otro proyecto del MIT es el llamado “buenas vibraciones”. No, no tiene nada que ver con la canción de Beach Boys. Por desgracia, distintos países de Europa han sido escenario de tragedias relacionadas con el mantenimiento de puentes. Pero una ciudad inteligente no deja su infraestructura librada al azar.
La idea se basa en un dato escalofriante: en Estados Unidos existen 55.707 puentes con estructuras deficientes, cuyas poco frecuentes inspecciones se basan mayormente en la observación. La propuesta es analizar el estado de esas estructuras… desde el smartphone.
¿Cómo? Al pasar por un puente puedes percibir las vibraciones por tráfico, viento u otros factores. La información obtenida a través del uso del teléfono instalado en vehículos que atraviesan el puente, supera a la que recopilan los sensores fijos, según los especialistas. El acelerómetro del smartphone lo convierte en un sensor móvil. Solo con dos móviles se puede obtener información 120 veces más precisa que con dos sensores fijos, precisan.
Innovación urbana y sostenibilidad con el ciudadano en el centro
Sidewalk Labs, la división del gigante Alphabet para smart cities, está diseñando una ciudad modelo para la innovación urbana en Toronto, con la ambición de que sea una referencia y acelere el cambio alrededor del mundo.
Según sus promotores, se trata de un entorno tecnológico disfrutable, como el de Los Supersónicos, y sin ser oscuro como el de Black Mirror.
Explicándolo brevemente: consiste en crear un sistema urbano con el ciudadano como centro, rodeado de tecnología de vanguardia para alcanzar nuevos estándares de asequibilidad (por ejemplo, con viviendas más accesibles), sustentabilidad, movilidad, y oportunidades económicas.
La diversidad de ideas incluye un “piloto” para proteger a los edificios de temperaturas extremas, una suerte de membrana que ayudaría a ahorrar energía calentando o enfriando las estructuras. También serviría para expandir el confort del interior a espacios exteriores y alentar a los ciudadanos a disfrutar de ellos.
Lo creas o no, el componente esencial de las construcciones en esta modernísima ciudad será… ¡madera! Con micelio, filamento del cuerpo de los hongos, para otorgar resistencia. Todo apunta a la eficiencia y sustentabilidad.
Otra de las tantas ideas es una herramienta digital, CommonSpace, para entender el uso del espacio público. Permitirá, por ejemplo, determinar si hay suficientes bancos en el parque, mediante la captura de imágenes que luego son procesadas y convertidas en información útil para adecuar el espacio.
Claro que, en oposición a los beneficios de las smart cities, algunos detractores objetan la intrusión de muchos sistemas “inteligentes” en la vida privada de los ciudadanos. El debate aún no está cerrado. ¿Qué piensas?
¿Qué solución podrías incorporar para simplificar la vida urbana?
Imagen de cabecera: Building Exterior, Credit – Snohetta[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]
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