“Los grandes artistas como Dylan, Picasso y Newton se arriesgaron al fracaso y si queremos ser grandes, tenemos que arriesgarnos también”, decía Steve Jobs. Y es que, como él, muchos de las grandes figuras del mundo de los negocios, decidieron arriesgar, luchar por sus ambiciones y no quedarse mucho tiempo estancados en los pequeños fracasos sino tomarlos como impulso y aprendizaje.
Entre los hispanohablantes no está muy consagrada la cultura del fracaso: siempre parece haberse entendido que cometer errores te precipitaba directamente al vacío, mientras que por el contrario, otros países se asientan más sobre la idea de que los errores pueden enseñarte cosas que, de otra manera, sería imposible aprender. En cualquier caso parece que estamos empezando a asimilar que, además de aprender de los errores ajenos, también del error propio se aprende, y mucho.
Para ello, hemos hecho una recopilación de los errores más frecuentes de las startups. Identificándolos a tiempo, podremos reaccionar mejor ante las situaciones adversas y decidir qué camino es el más adecuado para nuestro negocio.
1. Pasar del business plan
Estamos de acuerdo en que el business plan no tiene que seguirse siempre al pie de la letra. Las condiciones cambian, tanto externas como internas, y hay veces que tenemos que dar rienda suelta a nuestra capacidad de improvisación para hacer frente a situaciones que no habíamos contemplado. Pero, por lo general, si un business plan está bien construido, tendrá las soluciones a las posibles complicaciones que pueda haber en el día a día de la startup.
Cómo evitarlo: Antes de arrancar tu startup, elabora un plan de negocio completo en el que augures todo tipo de situaciones, tanto las mejores como las peores (considera al menos tres escenarios: favorable, normal y poco favorable). Ten en cuenta los pequeños detalles y valora de forma realista cualquier problema que pueda producirse. De esta forma, en el futuro, tendrás los cabos mucho más atados ante cualquier situación de peligro.
2. Hacer caso omiso de los estudios de mercado
Uno de los puntos que tendrás que tener en cuenta al elaborar un business plan adecuado, es realizar exhaustivamente los estudios de mercado que tu empresa necesite para comenzar a operar. Es una de las informaciones más importantes de las que dispones y, a veces, se pasan por alto los resultados de los estudios, creyendo que tu producto va a cambiar las necesidades de la población. Pero esto suele venir acompañado de caídas, ya que normalmente los estudios de mercado dan una información muy cercana a la realidad.
Cómo evitarlo: Nunca habrá suficientes estudios de mercado. Realiza todos los que te puedas permitir, descubre las necesidades de la gente, lo que consumirían y lo que no. De esta forma, podrás cambiar la estrategia antes de lanzar tu producto o servicio, si compruebas en los resultados que puede que tu idea inicial no funcione como esperabas. De hecho pivotar está más de actualidad que nunca, debido a la pandemia del coronavirus. En definitiva: revisa los estudios de mercado de forma continua.
3. Crear productos o servicios para micronichos
Cuando tu startup se dirige a un segmento muy pequeño de la población, será muy complicado avanzar y crecer. Por eso, si el estudio de mercado te demuestra que tu proyecto va a seducir a muy pocas personas, quizás tienes que cambiar la estrategia. Un ejemplo de caso de éxito en esta línea es Mr. Wonderful, la compañía comenzó diseñando invitaciones de moda y hoy en día no hay producto que se les resista. Han creado una seña de identidad y a partir de ahí diseñan cualquier producto.
Cómo evitarlo: Una vez seas consciente de que estás creciendo pero tu nicho de mercado no, deberías plantearte ampliar tu oferta y comenzar a dirigirte a otros públicos para así poder crecer.
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4. Escuchar consejos de cualquiera
No todo el mundo sabe qué es lo mejor y lo peor para tu empresa, por eso debes dedicar tiempo para identificar a aquellos mentores que pueden marcar un punto de inflexión en tu recorrido y hacerlo mucho mejor. A la hora de llevar a cabo tu proyecto, escucharás muchas voces que intentarán opinar y, a veces, va a ser difícil identificar si están en lo cierto o no. Por eso, ten a mano siempre a personas de tu confianza con un gran conocimiento y experiencia en las áreas en las que te mueves, para recurrir a ellas cuando sea necesario.
Cómo evitarlo: Identificando desde los inicios a las personas que quieres a tu lado y a aquellas de las que quieres aprender, ya sea porque han tenido una trayectoria empresarial como la que te gustaría seguir o porque han sido consejeros de otras empresas de la misma naturaleza que la tuya. Cuando escuches voces discordantes que intenten desviarte del camino que tú crees correcto, acude a ellos y pon orden a tus ideas.
5. Crecer demasiado rápido
A veces los emprendedores, a la hora de llevar a cabo su proyecto, desprenden tanta energía que se olvidan de priorizar. Escalar es probablemente el objetivo de tu startup, pero no cometas el error de hacerlo demasiado pronto. A veces es mejor sentar unas bases y actuar en base a ellas para después crecer de forma más ordenada y orgánica.
Cómo evitarlo: Establece unos pilares fuertes y seguros sobre los que construir tu empresa antes de lanzarte al crecimiento desmedido. Una vez tengas unas bases y hayas eliminado todos los fallos y puntos débiles en los procesos, podrás centrarte en el crecimiento de una forma mucho más natural y con muchas más garantías de éxito.
6. Engañarte a ti mismo y a los demás
El amor que sientes hacia tu startup puede llegar a cegarte y no dejarte ver la realidad con respecto a tu negocio. Trata de ser honesto e intenta analizar objetivamente los puntos fuertes y débiles de tu empresa. Estar enamorado de tu startup a veces lleva a generar una imagen de tu empresa que poco tiene que ver con la realidad cuando estás buscando la forma de financiarte. Trata de no crear unas expectativas demasiado altas y que no puedas cumplir, sobre todo cuando hables con posibles inversores. Piensa que, una vez pongan dinero en tu negocio, tendrás que responder ante ellos cumpliendo objetivos.
Cómo evitarlo: Lo primero que tienes que hacer es contemplar tu plan de negocio y ser lo más sensato posible con respecto al futuro. De esta forma, cuando intentes “vender” tu producto, lo harás desde una posición mucho más realista y sabiendo cuáles son las posibilidades y las cifras reales.