Para la pregunta: ¿existe el momento perfecto para emprender?, la respuesta será siempre no: puede que te falte el dinero, los  apoyos, la experiencia o los conocimientos. O puede que tengas todo a tu favor y aún así, la empresa fracase al dar sus primeros pasos.

El emprendedor siempre se enfrentará a la incertidumbre. A pesar de los cientos de estudios de mercado, el perfecto business plan, y el pitch adecuado para captar a los mejores inversores, a veces el proyecto falla. Por eso, es muy complicado saber cuál es el mejor momento para lanzarse a la piscina y probar suerte en la carrera de fondo que es emprender. (Aunque como decía Bill Gross, tener en cuenta el timing es uno de los factores más importantes).

Basándose en esta dificultad, la ‘coach de emprendedores’ Liz Huber, ha compartido en Medium las 14 señales que demuestran que estás listo para comenzar tu aventura.

 

¿Cómo sabes si estás listo para emprender? 

 

Sabes que nadie está preparado al 100%

Lo comentábamos al principio y lo repetimos. Siempre podrás adquirir más conocimientos, más experiencia, podrás ahorrar más dinero. Nunca va a ser el momento perfecto, pero de eso tratan los retos y de eso van las grandes aventuras. De lanzarse, perseguir un objetivo y de hacer todo lo posible por conseguirlo. Liz Huber lo explica con una metáfora: “Primero necesitas dar el salto y ya construirás las alas mientras vas cayendo”.

 

 

Tienes claro tu «porqué»

Ya lo decía Nietzsche: “Si tienes un porqué para vivir, siempre encontrarás el cómo”, y tiene todo el sentido aplicado al emprendimiento. Debes preguntarte: ¿Cuál es tu valor? ¿Qué quieres conseguir? Y construir tu proyecto en torno a las respuestas.

También es el alegato al que recurre siempre Simon Sinek en sus charlas sobre liderazgo. Los grandes líderes y las personas que inspiran siempre se preguntan antes «¿Por qué?» que «¿Cómo?».

 

Ves más ventajas que sacrificios

No, emprender no es un camino de rosas donde las cosas van sobre ruedas, tu horario de trabajo es de 8 horas y tu teléfono no suena los fines de semana. Por el contrario, requiere de mucho tiempo y esfuerzo, y tienes que estar preparado para lo que esté por venir, que probablemente se parezca más a noches sin dormir, café a todas horas y un nivel de estrés considerable.

Antes de tener problemas con tu pareja o familia porque no apareces por casa, sé plenamente consciente de lo que te espera. Si te merece la pena luchar por tu ‘porqué’, tienes mucho terreno conquistado.

 

Te guías por tu definición de éxito

“No solo tienes que saber que quieres crear tu propia empresa, también debes conocer cómo va a contribuir ésta en la visión global de tu vida”, explica Liz Huber. Puedes querer construir una empresa para recibir ingresos pasivos, para mejorar el mundo, o para dar conferencias por el mundo sobre la rapidez con la que tu negocio se hizo gigante.

Sea cual sea tu objetivo más profundo, debes planteártelo desde el primer momento y tener esta visión en el horizonte para no perder nunca el norte.

 

Trabajas en mejorar tu mentalidad

¿Por qué Steve Jobs se convirtió en un referente, creando una de las compañías más importantes del mundo? Por su mentalidad, diferente al resto. Todo lo relacionado con el éxito en los negocios está 100% relacionado con tener una mentalidad positiva, sin miedo al fracaso y proactiva.

Muchas de las cosas que hayan pasado en tu vida te han podido convertir en una persona con una mente catastrofista, lo que puede hacer que tu negocio se derrumbe antes de empezar a construirlo.

Para cambiar esto, según Liz Huber debes “rodearte de personas que ya han triunfado, leer libros sobre cómo piensan las grandes mentes y, por supuesto, pasar tiempo contigo mismo”. Meditar y analizar tus pensamientos sin juzgar, hará que los puedas corregir y conectar para reflejarlos mejor en tu día a día.

 

Tienes una rutina que potencia tus habilidades

Antes de crear tu negocio soñado, debes adquirir unos hábitos saludables, que maximicen tu energía, tu motivación, tu concentración y tu productividad. Sea lo que sea que tu cuerpo necesite, no dudes en tomar tiempo para llevarlo a cabo a lo largo de tu jornada.

Puede ser acudir al gimnasio varias veces por semana, practicar yoga o meditación, dar paseos por el parque más cercano o dibujar. Cualquier actividad que te ayude a hacer un descanso de las tareas diarias y te dote de ideas más creativas y frescas, será bienvenida.

 

Sabes desconectar

Da igual si son tus amigos, que te sacan de vez en cuando de cañas para que te olvides de todo, tu pareja que te ayuda en el camino, una familia que te apoya económicamente en tus momentos de flaqueza, un mentor que sabe decir la palabra adecuada en el momento oportuno,… Sea cual sea tu pilar, es fundamental que lo tengas para aquellos momentos en los que tengas que recurrir a él.

Conoces los puntos principales de dirigir un negocio

Hay emprendedores con una idea fantástica, pero a la hora de llevarla a la práctica en forma de empresa, fracasan porque no conocen las principales características de una compañía. Tendrás que enfrentarte a la burocracia, a los pagos de impuestos, a las leyes de protección de datos y a muchos otros imprevistos que pueden convertirse en una gran piedra en el camino si no sabes cómo gestionarlos.

 

Has preparado un plan financiero

Dentro de tu business plan, debes reflejar un buen plan financiero que sobreviva a las peores circunstancias posibles. Quizás tu negocio vaya viento en popa desde los comienzos, pero por lo general surgen muchos imprevistos que hay que tener en cuenta a la hora de realizar un plan realista que contemple todos los escenarios.

 

Debes aprender a identificar de dónde viene tu miedo y convertir esa ansiedad en fortaleza

 

Estás listo para superar tus miedos

Como explica Huber, “tener miedo a dar el salto es la forma que tiene tu cerebro de mantenerte a salvo”. Sea cual sea tu miedo, tienes que ser consciente de que es absolutamente normal y que no pasa nada por sentirlo. Pero también tienes que superarlo o, al menos, intentar dejarlo a un lado para poder cumplir tus sueños. “Debes aprender a identificar de dónde viene tu miedo y convertir esa ansiedad en fortaleza”.

 

Te vas a tener que «remangar» y lo sabes

Sobre todo, en los inicios del negocio, tienes que aprender a hacer de todo. Incluso esas tareas aburridas que llevas sin realizar desde que dejaste atrás las becas de prácticas en empresas. Tendrás que escribir posts, contestar a los emails que envíen los clientes, hacer estudios de mercado de forma rudimentaria… Si mancharte las manos no es la mayor de tus preocupaciones, acabas de pasar al siguiente nivel del ‘perfecto emprendedor’.

 

Conoces tus debilidades y fortalezas

Una de las cosas que más cuesta aprender en la vida es a entendernos a nosotros mismos con nuestras virtudes y nuestros defectos, nuestros miedos y nuestro mal humor. Debes aprender a ser productivo y eficiente, vivir concentrado y huir de las distracciones. Diseña tu día de tal forma que aproveches cada minuto, para que cuando acabe tengas la satisfacción de un trabajo ordenado y bien hecho.

 

Eres consciente de los riesgos de tener una startup

¿Sabes que el mercado puede fallar? ¿O que el dinero se puede acabar? ¿Y si tu producto se puede quedar obsoleto? ¿Qué pasa si tu competencia es más rápida y se adelanta? Todas estas preguntas debes hacértelas antes de lanzarte al vacío y estar preparado a lo que pueda llegar en el futuro. No es ser negativo, es ponerse en las peores situaciones para crear estrategias de emergencia y superarlas con creces.

 

Tienes madera de emprendedor

A pesar de todo lo tienes claro: quieres ser tu propio jefe, manejar equipos, tomar decisiones, trascender… No solo estás montando una empresa, estás eligiendo un modo de vida con sus ventajas y sus inconvenientes. El mundo está hecho para los valientes, cada vez más.

Al final, se trata de saber si algo te apasiona lo suficiente como para superar las dificultades. Steve Blank lo explica muy bien en este vídeo corto de Stanford Graduate School of Business:

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