EntreComp es una palabra comodín con la que quizás no te hayas tropezado mucho. Es versatilidad, es adaptación a tiempos cambiantes, es… la navaja suiza de las competencias: no siempre necesitarás todas sus funciones, pero nunca viene mal tenerlas. Te explicamos por qué este marco de referencia europeo es una herramienta fundamental de desarrollo personal y profesional, no solo a la hora de emprender tu propio proyecto, sino a la hora de ingresar o retomar el mercado laboral por cuenta ajena, o de actualizar tus recursos educativos si eres docente, da igual la latitud en la que estés.
EntreComp: pero, ¿qué es emprender?
En la era de la tecnología digital, las habilidades blandas van a ser más que nunca, fundamentales para el desarrollo profesional de la sociedad y para diferenciarnos de las máquinas como seres creativos.
Aunque las softskills parecen estar de moda, -a la vista de los cursos online que surgen vendiendo «las habilidades que no se adquieren en la Universidad»-, el concepto lleva tiempo entre nosotros. De hecho, nada menos que en 2006, la Comisión Europea ya identificaba el emprendimiento y el sentido de iniciativa como una de las ocho competencias clave necesarias para una sociedad del conocimiento; sin embargo, diez años más tarde, la definición de emprendimiento difería mucho de un país a otro y no había resultados de aprendizaje generales establecidos.
Así que en 2015 la UE se puso manos a la obra a través del JRC (Joint Research Centre) y lanzó el estudio de la Competencia Emprendedora (EntreComp) con varios objetivos:
- Establecer una definición común a nivel europeo del emprendimiento como competencia
- Analizar qué conocimientos, habilidades y actitudes son necesarias para emprender, aportando un marco de referencia para diferentes contextos de formación
- Tender un puente entre el mundo educativo y el laboral siendo una base, pero con la flexibilidad suficiente como para poderse adaptar en múltiples contextos
El emprendimiento es la capacidad de actuar sobre una idea u oportunidad para crear valor para otros. Este valor puede ser cultural, social o económico.
Así, EntreComp definía el emprendimiento como “la capacidad de actuar sobre una idea u oportunidad para crear valor para otros”. Este valor puede ser cultural, social o económico, y se aplica en todas las variantes del emprendimiento, incluido el intraemprendimiento (desarrollar ideas innovadoras dentro de una organización), el emprendimiento social, el verde o el digital.
EntreComp enfatiza la importancia de las ideas y la creatividad, la iniciativa y la cooperación, para reunir diferentes recursos y movilizar a personas y equipos.
Este marco busca desarrollar y aplicar las competencias características del emprendimiento en el ámbito educativo, por eso se está usando cada vez más en educación cívica, voluntariado y empleo juvenil, pero también en contextos de formación continua, capacitación, actualización y perfeccionamiento en adultos para que puedan acceder a nuevas oportunidades laborales.
Tanto las empresas, como los headhunters o incluso desde el sector público se hace cada vez más hincapié en la importancia de que las personas adquieran estas competencias de cara a ser más competitivas, eficientes e innovadoras, por ejemplo, hace poco la Ministra de Educación y Formación Profesional Isabel Celáa escribía que “el desarrollo de la creatividad, la experimentación, el trabajo en equipo y el pensamiento crítico son competencias transversales que conforman el nuevo salario mínimo cultural para toda la ciudadanía”.
Cómo ayuda EntreComp a tu propuesta de valor
Tus diplomas y certificaciones hablan de ti como persona curiosa, que se mantiene actualizada y formada, y son un claro respaldo cuando cuentas con poca experiencia laboral y buscas trabajo. Sin embargo, más adelante, cuando ya cuentas con cierta experiencia profesional, te percatas de una cosa: lo que queda al final de todos tus títulos… eres tú.
Y es que, a la hora de desarrollar una carrera profesional, bien sea como empleado por cuenta ajena, o emprendiendo con un proyecto que te motive, siempre deberás tener en mente tu propuesta de valor: si estás emprendiendo, sabes que a tus clientes no les importa la tecnología que emplees, lo que quieren es que les soluciones un problema o satisfagas una necesidad.
Y en realidad, cuando trabajas para otra persona, no es diferente. Tu empleador es el equivalente al cliente o usuario de un negocio: no quiere saber los detalles de lo que has estudiado, los cursos que has hecho… lo que importa es que resuelvas sus problemas o le ayudes con una necesidad en algún punto a lo largo de la creación de su propia propuesta de valor.
Por eso necesitas una serie de competencias fundamentales, que EntreComp ha identificado.
Planteamiento de EntreComp
Partiendo de su definición de emprendimiento y del espíritu emprendedor como una prioridad global para el desarrollo colectivo, EntreComp establece tres grandes áreas de competencia a la hora de contribuir a ese desarrollo:
- detectar oportunidades y genera ideas de valor
- conseguir los recursos necesarios para llevarlas a cabo y
- ejecutarlas minimizando riesgos
A su vez, cada una de estas áreas de competencia está formadas por 5 capacidades, todas ellas definidas en 4 niveles progresivos de dominio:
- Básico (la persona necesita ayuda de otros)
- Intermedio (la persona actúa con cierta autonomía)
- Avanzado (fomenta el tomar responsabilidad)
- Experto (la persona es autónoma y tiene la capacidad de impulsar la innovación y el crecimiento por sí misma)
En total, 442 resultados de aprendizaje que son la base para generar soluciones innovadoras para el desarrollo colectivo.
Las 15 competencias emprendedoras de EntreComp
Si el punto anterior te suena demasiado etéreo, bajemos a la tierra y definamos esas 15 competencias básicas en las que se centra EntreComp, cinco por cada una de las tres áreas:
1. Ideas y oportunidades
- Detección de oportunidades para crear valor
- Uso de la creatividad para desarrollar soluciones a problemas existentes y nuevos
- Visión de futuro, ser capaz de predecir diferentes escenarios para guiar las acciones
- Consideración de ideas, exprimiendo al máximo su potencial para generar valor
- Pensamiento ético y sostenible, evaluando las consecuencias de tus acciones y actuando responsablemente
2. Recursos
- Autoconocimiento y autoeficacia: aspiraciones a corto, medio y largo plazo, fortalezas y debilidades individuales y de grupo, o creer en uno mismo para seguir adelante a pesar de incertidumbres y adversidades.
- Motivación y perseverancia: mantener el foco y no rendirse, ser paciente en el proceso de conseguir los objetivos y resiliente bajo presión o fracasos puntuales.
- Movilizar recursos: reunir y gestionar todo aquello que necesitas para llevar tus ideas a la acción: puede ser material, no material o digital.
- Conocimientos financieros, pudiendo estimar el coste de llevar tu idea a una actividad que genere valor; hacer planificaciones económicas, tomar decisiones y saber evaluarlas, gestionando las finanzas para mantener la actividad a largo plazo.
- Movilizar a otros: comunicación eficaz, persuasión, negociación y liderazgo para inspirar y atraer a las personas y diferentes stakeholders a unirse a tu proyecto y conseguir resultados.
3. Pasar a la acción
- Iniciativa: aceptar desafíos, iniciar procesos de creación de valor y trabajar de forma independiente para conseguir objetivos, ser constante y llevar a cabo las tareas planificadas.
- Planificación y gestión: priorizar, organizar y hacer seguimiento de las metas a corto, medio y largo plazo, adaptándose a cambios imprevistos.
- Lidiar con la incertidumbre, la ambigüedad y el riesgo: ser capaz de tomar decisiones en contextos en los que la información no es completa o es ambigua, seguir pautas de testeo de ideas desarrollo de prototipos para minimizar los defectos o fracasos.
- Cooperación: hacer equipo, red y colaborar con otros para desarrollar las ideas y hacerlas realidad, resolver conflictos y abordar la competencia de forma positiva
- Aprendizaje a través de la experiencia “learning by doing”: usar la iniciativa como oportunidad para aprender, aprender de otras personas (iguales y/o mentores) y hacerlo tanto de los éxitos como de los fracasos (propios o ajenos).
No todas las personas tendrán interés en desarrollar todas estas competencias al más alto nivel, si bien este marco sirve de ayuda a organizaciones, intermediarios y desarrolladores de iniciativas que pueden adaptarlo a sus propios fines y las necesidades del usuario o grupos de usuarios que quieran alcanzar.
En CISE todos nuestros programas y toda la formación online que ponemos a tu disposición te ayudará a desarrollar las diferentes habilidades y competencias que la Unión Europea ha definido en EntreComp y que muchas empresas están buscando a la hora de sumar talento. En la introducción de cada curso encontrarás cuáles son las competencias que puedes adquirir al realizarlo.
