Monedas, marca páginas, tazas, chapas, pines… nos gusta acumular objetos y, quién más, quién menos, tiene sus pequeñas colecciones. Colecciones que venían bien a la industria del turismo, con la venta de souvenirs en forma de postales, imanes o dedales que pasaban a nutrir la estantería de los viajes -propios y ajenos-. Que pregunten en la tienda de la Casa de la Moneda por compradores de sellos y monedas conmemorativas. O a los quiosqueros, que proveen de cromos y stickers mientras son testigo del intercambio dominical en las esquinas de las plazas, en busca de aquella pieza deseada, que no termina de aparecer para completar el álbum.

Pero el coleccionismo evoluciona con los tiempos y parece que, ahora, se extiende a una sociedad que se ha criado con series y dibujos animados en televisión, con Internet, con videojuegos, con listas infinitas de música y con un largo etcétera de ocio y productos que configuran la cultura popular y, al fin y al cabo, nuestra propia identidad. Más allá del videojuego, Pokémon puede ser ejemplo de coleccionismo moderno, con eso de “hacerse con todos”, con cada nuevo juego en el que conocer una generación inédita, o con el relanzamiento de ediciones que quince años después son ya “míticas”. Sagas de libros infinitas, como la Dragon Lance; o Harry Potter, que lleva más de veinte años en candelero porque llevó su estrategia de mercado más allá de la literatura y dio lugar a un conglomerado de películas, papelería, merchandising, exposiciones y ediciones especiales que llegan hasta nuestros días.

 

«Házte con todos» fue el gran slogan de Pokémon – Vía Giphy

Y si a la acumulación de objetos de temporada, como pueden ser los cromos de la liga o las figuras de personajes Marvel, le sumas un componente de añoranza, encontrarás el enorme nicho de mercado que supone el negocio de nostalgia.

 

Esto es lo que pasó con la empresa Funko que, surgida de los propios intereses y aficiones – un poco frikis- de sus fundadores, supo reconocer el filón que ofrece la identidad de la cultura pop y la afición del coleccionismo que, a veces, se puede convertir en algo hasta obsesivo, a la caza de aquel objeto tan preciado y valioso por su rareza o por su componente emocional.

Por comprar una figurita de Big Boy. Los inicios de Funko.

A estas alturas de la historia, es difícil no haber visto alguna vez esos muñecos cabezones de personajes famosos, o familiares, que son los Funkos. O, mejor dicho, los “Pop! Vinyl”, porque los Funko no siempre fueron como los conocemos hoy en día…

Esta historia se remonta a 1998, cuando los tres amigos Mike Becker, Rob Schwartz y Sean Wilkinson, empezaron a dar forma a la idea de crear su propia compañía de figuritas basadas en personajes de la cultura popular. La historia de este comienzo la hemos leído de diferentes maneras y una de la que más nos gusta es que, después de comprar una figurita de Big Boy (el personaje que da identidad a un restaurante famoso de comida rápida en Estados Unidos) en un mercadillo a un precio elevado, decidieron empezar su propia andadura con una idea muy sencilla: llevar los personajes que forman parte de nuestros recuerdos y de nuestro día a día, a las casas, a través de muñecos accesibles a cualquiera. Hasta qué punto es esto cierto, o fantasía, no lo sabemos con certeza. Lo que sí es verdad es que la primera figura comercializada por Funko fue, precisamente, Big Boy.

La compañía se llamó Funko, por la unión de dos palabras en inglés: “Fun” y “Company”. Compañía de diversión.

La cuestión es que la idea dio en el clavo: las figuritas eran un éxito, se vendieron perfectamente y la empresa empezó a crecer, hasta crear incluso un Funko Funklub. Pero todavía no eran lo que vemos hoy en cualquier Fnac. Se trataba de figuras cabezonas, pero no tan cabezonas, que todavía imitaban la realidad más detallada.

Fue en 2005, con la entrada de Brian Mariotti cuando la stratup surgida de la diversión de sus tres fundadores, ya con suficiente éxito, empezó a convertirse en la gran compañía global que es hoy en día. En 2010 surgió la Funko Force 2.0, que se presentó en la Comic – Con de san Diego con los personajes de Blue Batman, Metallic Blue Batman, Metallic Black Batgirl y Green Lantern en su envase de plástico. Un gran éxito, en el sitio, en el momento y para le público adecuado. Tras ello, el formato de Funko Pop! Vinyl se presentó en la Toy Fair de Nueva York. Y las cifras no pararon de crecer, junto a la fiebre Funko, hasta los 653,000 $ en ventas de 2020 y las más de 1000 licencias de personajes en propiedad y más de 200 proveedores.

 

Nueve aprendizajes desde las figuras Funko Pop!

Para llegar hasta aquí, desde la adquisición de una figurita de Big Boy en un mercadillo, es que Funko ha seguido un recorrido que puede servirnos de inspiración para nuestros propios proyectos. Por muy personales y extraños que parezcan.

Pop! “Dos caras” – No sólo una temática:

Una de las cualidades de Funko es que no se limita a una sola temática sino que, dentro de una estética sostenida y seña de identidad, es capaz de abarcar infinidad de temáticas y va más allá de los muñecos regulares, con la expansión a llaveros, muñecos más pequeños, algunos de tamaños más grandes, versiones especiales que brillan en la oscuridad…

Funko del personaje de Batman «Dos Caras». Vía Frikily.com

Pop! “Dolores Umbridge” – Un Funko para cada persona:

Del anterior punto surge otro importante aspecto en el éxito de Funko, que es la gran cantidad de personajes a los que ha dado molde. No se cierra sólo al público que podía estar en aquella Cómic Con de 2011 en San Diego, sino que abre el abanico a todos los públicos posibles. Incluso con Dolores Umbridge, que nunca fue el personaje más querido de la saga Harry Potter, tiene su público, así que también cuenta con un Funko.

Funko Pop! de Dolores Umbridge (Harry Potter) - Vía Frikily

Funko Pop! Kiss – Identidad propia:

Funko fue otra marca de fabricación de muñecos, sí. Así que pudo tener su inspiración, dentro de un mercado que ya existía y que contaba con materiales y estructura de fabricación. Sin embargo, dio una nueva vuelta a la idea y encontró su propia dirección, con el aprovechamiento de personajes populares y queridos, además de una forma muy característica.

Funko Pop! "The demon" de Kiss - vía Frikily

Funko Pop! Hermione- La reputación cuenta:

Para tener éxito es importante rodearse de recursos humanos sólidos. Ya hemos hablado de la importancia de contar con un equipo con una visión alineada en una misma dirección e implicado con el proyecto. Pero también es muy importante cuidar las relaciones de puertas hacia afuera. No nos olvidemos que Funko trabaja con personajes que pertenecen a otras marcas y, cada vez son más las marcas y personajes que ceden sus derechos a Funko para hacer muñecos. En una simbiosis empresarial, Funco produce sus figuras y las empresas obtienen una buena fuente de merchandising que mantiene a sus personajes en el escaparate.

Funko Pop! Hermione (Harry Potter) - Vía Frikily

Funko Pop! Mulán – Muy valiente:

La marca Funko surgió de intereses y aficiones personales. Es importante apostar por las ideas propias y seguir hacia adelante. Si ya has analizado tu idea, la has contrastado y parece que funciona, será el momento de dar el paso, empezar a planificar y dar pasos valientes para recoger los frutos. Como dice el refrán, quien no apuesta, no gana.

Funko Pop! Mulán - Vía Frikily

Baby Yoda – Por todas partes (en donde esté el público objetivo, claro):

Otra de las características de Funko, es que ha conseguido expandirse por todas partes. Con una estrategia comercial, claro, no se suelen encontrar Funkos en las fruterías. Pero no se cierra a un comercio concreto, puede estar en la tienda de cómics, en Fnac, en la tienda de discos (gracias a su variedad de temas), en una papelería o librería, en una juguetería y diferentes tiendas de regalos…

Funko Pop! Baby Yoda - Vía Frikily

Funko Pop! Tai – Digital:

Como los niños elegidos, Funko supo incorporarse perfectamente al mundo digital y esto ha jugado a su favor, pues favorece la fluidez comercial de figuras que quizá no se encuentren en las tiendas físicas. Esto juega a favor de una marca dirigida al coleccionismo y a los regalos, para un público que pasa mucho tiempo en Internet. Un ejemplo de la importancia que tiene para la firma la presencia online, es la aparición de empresas dedicadas a su comercialización especializada, como esta tienda Funko Pop en España, dedicada exclusivamente a su venta online.

Funko Pop! Tai (Digimon) - Vía Frikily

Funko Pop! Dobby – Para todos los bolsillos:

Funko trabaja con cultura popular y se dirige a un público popular. Tiene sentido que las figuras Funko tengan precios – generalmente – asequibles para todos los bolsillos. Una lección interesante para cualquier incipiente negocio, tener claro el nivel adquisitivo de nuestro público objetivo determinará diferentes aspectos de nuestro producto final.

Funko Pop! Dobby - Vía Frikily

Funko Pop! Buggs Bunny (King) – Exclusividad:

Asequibles, pero… con un toque de exclusividad. Como decíamos al principio, esa afición al coleccionismo viene a veces marcada o potenciada por la existencia de esa pieza que se resiste, o aquel objeto tan escaso que queremos tener antes que cualquiera. Para eso, Funko tiene algunas piezas exclusivas que mantienen viva la llama del coleccionista y que mantiene a la firma en una estupenda cifra de ventas.

Funko Pop! Buggs Bunny King - Vía Frikily