Están en nuestro día a día y casi nos pasan desapercibidas. Te proponemos que, sin mirar tu móvil, nos digas cuántas apps tienes instaladas ¿20? ¿40? ¿O incluso más? El auge de las descargas de aplicaciones desde la aparición de los smartphones es todo un fenómeno en la actual sociedad de consumo. Todos, tenemos a nuestra disposición una serie de apps que se adaptan a nuestras necesidades, nuestros gustos y que en un par de minutos, dependiendo de la velocidad de descarga de nuestro internet, satisfacen nuestros deseos.

Muchas de ellas son gratis, por lo que los usuarios no hacemos una inversión directa en ellas. Estas suelen mantenerse a cambio de algún tipo de publicidad. Luego encontramos otras que son de pago y requieren del pago de cuotas iniciales o periódicas para su uso.

Aprovechando este contexto, muchas empresas de tecnología empezaron a interesarse en la creación de espacios en los que vender, por así decirlo, sus propias creaciones en el mundo de las apps y cobrar a otros creadores por posicionar sus productos ahí.

¿Qué es y cómo surgió el m-commerce?

Ante la demanda surgió un nuevo modelo de comercio electrónico: el m-commerce o Mobile Commerce. Cada vez había más aplicaciones disponibles en las tiendas virtuales de los dispositivos móviles. Llegó un punto en el que ya no había una app por categoría, sino que varias empezaban a competir, por lo que las tiendas virtuales empezaron a adoptar sistemas similares a los de buscadores y otras plataformas de venta online.

En este momento se conformó un mercado en el que los anuncios pueden patrocinarse, pagarse, conseguir mejores puestos en resultados, trabajar las descripciones, ofrecer enlaces, etc. Todo el universo que los expertos de marketing digital ya dominaban en buscadores se mudó a las tiendas de aplicaciones. No solo se trata de aplicaciones de pago cuya descarga se transforma en una venta, sino también de aplicaciones gratuitas de uso diario.

Los proveedores de este espacio de comercio y las plataformas de descarga cada vez entienden mejor las particularidades del sector y adaptan su sistema informático, de marketing y de venta a las necesidades de las empresas participantes y los usuarios. Así, las condiciones de pago, la transparencia, el posicionamiento publicitario o las reseñas se incluyen de forma natural, de modo muy similar a otros ámbitos de la venta online. El objetivo del sector siempre ha sido emular a las plataformas de e-commerce, aunque manteniendo su esencia de descarga instantánea.

¿Qué es una estrategia ASO?

En este contexto de pugna por los mejores resultados en las búsquedas de app stores, las empresas desarrollan estrategias. Se trata de mezclas de marketing digital, publicidad, experiencia de usuario e informática que aseguran mejorar las cifras de descargas. La estrategia ASO significa App Store Optimization, el equivalente del SEO en este ámbito. Muchas de las experiencias del SEO son trasladables, pero dependen también de los criterios que utilice la plataforma en cuestión para premiar a unos anunciantes u otros.

No importa si se trata de jóvenes start-ups o empresas de tecnología consolidadas. Estos retos se pueden afrontar de forma más sencilla gracias a incluir en el equipo a un especialista o a través de contratar a un freelance experto en esta área. Estos profesionales pueden aportar mucho a las compañías, realizando una investigación de mercado previa al planteamiento de la estrategia, a través del cual detectar oportunidades mediante las que diferenciar nuestra app frente a la competencia. Además, el análisis de datos es continuo, lo que permite tomar las decisiones adecuadas a lo largo de la estrategia para no invertir esfuerzo en áreas que no están aportando resultados. Esto hará que el especialista se enfoque en optimizar los puntos que más harán subir a la app en los diferentes stores.

Cómo hacer seguimiento de una estrategia ASO

Existen numerosas herramientas que los profesionales del sector utilizan para sacar más partido a sus estrategias ASO. El análisis es una de sus principales fuentes de datos, ya que les permite observar en tiempo real el rendimiento de una determinada decisión estratégica, compararla con experimentos paralelos o con experiencias pasadas. La clave de las estrategias es que puedan optimizarse y mejorar lo antes posible. Así, si una idea no funciona, puede ser sustituida por otra que esté ofreciendo un mejor rendimiento.

También es importante tener en cuenta al usuario. Este es el que en definitiva interactúa con las tiendas virtuales de aplicaciones. Accede a ellas con unas necesidades o intereses y sale con una serie de descargas, si las aplicaciones disponibles le han convencido. Se trata de un comportamiento similar al que tendría en una tienda física, pero que, además, podemos medir. Los especialistas del sector pueden analizar el comportamiento de los usuarios y su forma de comparar y actuar.

No solo se trata de posicionar un producto acabado, sino de aportar un valor y comunicar información útil, para que el producto encuentre su lugar en el mundo, en el mercado. Las actualizaciones son una forma estupenda de conseguir esto, ya que los desarrolladores de apps centran toda su atención en ofrecer lo que los clientes exigen o lo que pueden desear.

Utilizar la estrategia ASO en estas etapas del producto puede ser toda una revolución y contribuir a un posicionamiento inédito para la marca. Las ventajas de este mercado digital son que todo es medible, comparable y desechable de forma sencilla. Así, los expertos en este tipo de mercados online pueden conseguir grandes éxitos de posicionamiento con relativamente poco presupuesto disponible. También pueden aportar un valor a las fichas de producto que sirva como incentivo de descargas respecto a los competidores.

Conseguir dar la visibilidad adecuada a una app no es tan difícil cuando se cuenta con herramientas y profesionales que respaldan el proyecto. En este sentido, las tiendas virtuales de aplicaciones son una oportunidad realista de negocio.