Un nuevo año comienza. Nuevos retos, nuevos objetivos y propósitos con los que intentamos que la montaña rusa empresarial en la que nos hemos embarcado sea más estable y podamos manejar el temporal de la mejor forma posible. Sabemos que no es fácil: aunque hay épocas mejores en las que todo fluye, hay otras en las que todo parece dar problemas.

No estás solo/a. Las estadísticas son rotundas: la mayoría de nosotros no cumplimos los propósitos que nos marcamos al iniciar el año. Por eso es bueno sentar las bases de nuestros propósitos con antelación, sabiendo qué es lo que queremos y necesitamos para seguir subiendo escalones y hacer crecer nuestro proyecto.

Se dice que solo entre el 8 y el 10 % de la población termina el año cumpliendo los propósitos que se marcaron en el inicio.

¿Estás entre el 90% restante? Primero entiende las razones y después ayúdate con las pautas que te proponemos a continuación.

¿Por qué no sueles cumplir tus objetivos?

Hay varias causas que llevan a no cumplir los objetivos. Si aprendes a identificar el motivo, aprenderás a no caer en él:

  • Tus propósitos no son realistas: Aunque seas una persona ambiciosa, debes saber que para conseguir un gran objetivo, primero tienes que empezar dando pequeños pasos. Si crees que elegir grandes metas te va a provocar estrés y falta de autocontrol, céntrate en los pasos previos que te llevarán directamente a esas metas.
  • Te impones demasiados objetivos: Si tienes una lista demasiado extensa, será mucho más complicado llevarla a cabo. Selecciona los que puedas cumplir en los seis primeros meses y céntrate en ellos.
  • Tus propósitos son abstractos. Cuando te empieces a plantear objetivos, intenta ser concreto. No escribas simplemente “Ser feliz en el trabajo”, analiza qué te haría feliz en el trabajo, y cómo podrías conseguirlo.
  • No sabes qué te ha llevado a marcarte ciertos objetivos. Cuando el tiempo pasa y el cansancio hace que pierdas las ganas del comienzo, muchas veces te olvidas de las causas por las que querías conseguir algunas de las cosas: pierdes la motivación y la tiras por la borda. Para que esto no ocurra, intenta especificar por qué quieres ciertas cosas y en qué te va a beneficiar conseguirlas.

En definitiva, porque no son objetivos SMART (eSpecíficos, Medibles, Alcanzables, Realistas y dentro de un Tiempo definido).

Los propósitos más comunes

Como en las listas de propósitos personales, en las empresariales también se repiten los mismos una y otra vez (y año tras año). Sobre todo si has pasado la fase inicial y te encuentras en un periodo de crecimiento, te sonará esta lista de objetivos de año nuevo:

  • Crecer. Una de las grandes metas de todas las startups es crecer a cualquiera de los niveles: multiplicar el número de clientes o usuarios, mejorar las cifras en redes sociales, conseguir una plantilla más grande que permita a la empresa gestionar más proyectos, facturar más…
  • Acceder a clientes más grandes. Al crear una startup desde cero, los proyectos de los inicios pueden ser pequeños, mal pagados y con compañías que no son al 100% de tu agrado. Por lo que buscar clientes concretos con los que te gustaría trabajar e ir a por ellos, puede ser una buena meta para el año que entra.
  • Mejorar a nivel financiero. Crecer implica también una mejora de las finanzas de la empresa, pero a veces hay deudas sin saldar, por lo que muchos emprendedores se marcan como propósito dejar limpias las cuentas y saldar todas sus deudas.
  • Crear un ambiente motivador para los empleados. Una de las claves del éxito de las empresas es rodearse de un buen equipo. Por eso, mantener al equipo motivado y con ganas es siempre objetivo de los fundadores. Ya sea a través de incentivos, creando un ambiente informal, llevando a cabo acciones de team building… Son muchas las formas de contagiar positividad a los miembros de tu plantilla, y esto se verá reflejado en el resto de objetivos.

¿Cómo consigo mis objetivos?

Antes de marcarnos metas y objetivos, tenemos que echar la vista atrás y ver lo que ha significado el año pasado para nuestra empresa. Puede que en el año comiences tu andadura, o quizás busques entrar en una fase más centrada en el crecimiento, dejando atrás los duros inicios y buscando la estabilidad. Sea como sea, hay varios pasos que debes seguir antes de meterte en el torbellino de la nueva temporada:

  1. Analiza: Sea cual sea tu situación, echa la vista atrás y marca los hitos del año que acaba de pasar. Igual que los Stories de Instagram de muchas empresa y marcas se llenaban hace poco de resúmenes con “Lo mejor del año”, te recomendamos hacer lo mismo con el tuyo (sin necesidad de compartirlo en redes sociales 😉 ) ¿Qué has conseguido? ¿Dónde se encuentra tu proyecto? ¿Qué fases has pasado y en cuáles estás a punto de embarcarte?  No solo te puedes centrar en los buenos resultados, también debes analizar cuáles han sido los patinazos, las caídas, los golpes y qué no ha funcionado para poder pivotar.
  2. Sueña: Una vez analizado todo, deja volar tu imaginación y sueña con lo que quieres que llegue, sin poner límites. No importa que parezcan retos imposibles o demasiado grandes. Si apuntas alto, llegarás lejos. Proyecta todo lo que quieras conseguir, ya en el siguiente paso marcarás la ruta para poder realizar cada uno de los objetivos.
  3. Planifica: Para lograr las metas que tenemos entre manos tenemos que tener en cuenta un elemento muy importante: Sé realista. Parece una paradoja, cuando en el punto anterior hablábamos de soñar sin límites, pero no lo es. Tan importante es marcarse objetivos ambiciosos, como bajarlos a la tierra y crear hojas de ruta en las que vayas avanzando paso a paso hasta lograr llegar a la meta final. De nuevo, céntrate en marcar objetivos inteligentes (SMART).
  4. Calendariza: Tan esencial como planificar las etapas a seguir, es poner fechas límite a los pasos. Cuando marcas un tiempo determinado, creas una meta y es mucho más probable que la consigas.
  5. Actúa: De nada sirve soñar si no se actúa. Los sueños y planes sin acciones son abstracciones que no llevan a ningún lugar concreto. Deja los miedos atrás, cree en ti y persigue las pequeñas acciones que te llevarán a conseguir los grandes objetivos.

Si sigues estos pasos, seguro que a final de año podrás decir: «Me encanta que los planes salgan bien».

 

 

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