Cuando la Universidad de Stanford dio rienda suelta a sus alumnos para que se lanzaran a cultivar la innovación tecnológica, aquella zona de California -el valle de Santa Clara, formado por Palo Alto, Cupertino, Mountain View, Menlo Park, entre otras- todavía no se llamaba Silicon Valley. El nombre fue puesto en los 70 por los cronistas de la época y significa Valle de Silicio porque ya entonces era la meca tecno del mundo: el silicio es un componente que reina en la industria informática y sirvió para sintetizar lo que allí estaba pasando, es decir, una verdadera revolución tecnológica.

Silicon Valley vio nacer a gigantes, desde uno de los pioneros, Hewlett-Packard hasta los más modernos, como Apple, Facebook, Tesla, pero ahora deberá defender su título de bastión tecnológico si no quiere que otra ciudad, vastamente más popular, se lo arrebate. Estamos hablando de Miami.

Sí, esa Miami: la de las playas, los megacentros comerciales, los coches deportivos, la parafernalia de yates, emprendimientos de real estate, subastas de arte y celebridades. Esa costa es ahora sede de un fenómeno llamado el Miami Tech Movement y está sacudiendo los cimientos de una manera de emprender en tecnología que hace tiempo tiende al nomadismo.

Miami, hub tecnológico: breve historia

 

Algunos dirán que todo comenzó con un tuit. El 4 de diciembre del 2020, Delian Asparouhov, director de la firma de inversiones Founders Fund, arrojó una pregunta a la tuitosfera: “Ok, chicos, escúchenme. ¿Qué tal si mudamos Silicon Valley a Miami?”. El alcalde de la “ciudad mágica”, Francis Suárez no tardó en recoger el guante: “¿Cómo puedo ayudar?”. El mensaje causó furor y las reuniones entre Suárez, del partido Republicano, y personajes de la talla de Elon Musk, Jack Dorsey (CEO de Twitter), el ex CEO de Google Eric Schmidt y Peter Thiel, presidente de Palantir comenzaron a concretarse.

 

Sin embargo, no es cierto que haya sido tan espontáneo. El Miami Tech Movement (Movimiento Tecnológico de Miami) lleva años gestándose y tiene como impulsores a los emprendedores de la ciudad, que se organizaron para llevarla a este estallido de tendencias.

 

Una de las fundadoras del movimiento, que implicó acciones conjuntas “entre el sector privado, público y la filantropía”, es Leigh-Ann Buchanan, escritora, consultora y “constructora de comunidades” a través de su empresa Aīre ventures, por medio de la cual asesora a startups principalmente en crecimiento sostenible, creación de equipo y en temas de inclusión y diversidad. En diálogo con Startpoint explicó que el movimiento empezó hace alrededor de siete años, cuando empresas comenzaron a mirar a Miami como un lugar donde la innovación y la creatividad era posible.

 

Por entonces, empezamos a ver que el inconveniente era que faltaba una estrategia verdadera de infraestructura. Teníamos que impulsar un ecosistema más maduro para recibir ese éxodo”, dice Buchanan, que junto a colegas empezó a generar redes para que la ciudad tuviera esa infraestructura y se preparara para recibir emprendedores. Buchanan es la autora del “Manifiesto del Miami Tech Movement” que, como en todo movimiento artístico o filosófico, enarbola los objetivos para lograr la Miami del futuro. Entre esos preceptos destacan:

  • «Rompemos el status quo: testeamos ideas y experimentamos»
  • «Creemos que el talento es universal»
  • «Somos un hogar para los de afuera»
  • «Nos impulsan nuestros valores inclusivos: la comunidad es multilingüe, multicultural y aunque está luchando por la integración, somos una verdadera representación del futuro de las ciudades norteamericanas”
  • «No somos Silicon nada»

 

Leigh-Ann Buchanan destaca especialmente este último punto. “Miami y Silicon Valley son diferentes. Piensan que vamos a aplicar los mismos patrones, acciones y perspectivas que Silicon Valley. Pero no, porque nuestro etos es diferente, nuestros activos son diferentes, nuestra identidad es diferente, nuestra posición geográfica es diferente. Y las ventajas competitivas son diferentes. No nos pongan en la misma caja”, reclama.

 

El otro punto que destaca de su manifiesto es la multiculturalidad como factor de innovación. “Miami es única porque puede aportar un entorno para cambios culturales. Cuando hablo de esto me refiero a cambiar cosas que no nos gustan de la manera en operar de algunas compañías o de la gente. Miami tiene lo que se llama “REDI” (un concepto que implica la puesta en valor del trabajo en las áreas de raza, equidad, diversidad e inclusión). Creo que está en una buena posición porque somos una ciudad joven, diversa, donde la mayoría de los inmigrantes tienen un lugar. En otras ciudades piensan, ‘una vez que tengamos una cosa hecha después pensamos en la inclusión’, o piensan en atraer gente y después incluirlos. En Miami nos hemos preparado para ser la tierra de todos”.

 

Por qué Miami: los motivos legales

 

No hay ninguna duda de que una gran parte de la razón por la que se están mudando es porque sienten que en California hay un ambiente inhóspito para la regulación y los impuestos”, dijo Suárez a la NBC cuando lanzó su ofensiva contra California y los emprendedores comenzaron a contactarlo. El alcalde se puso manos a la obra y se anticipó al movimiento: un mes después de aquel tuit anunciaba la contratación de un Chief Technology Officer (Director de Tecnología) para preparar la ciudad para su transformación en hub tecnológico. El nuevo funcionario es Saif Ishoof, emprendedor, abogado y vice presidente de Participación en la Universidad Internacional de Florida (FIU, su sigla en inglés) y dará consultoría en Innovación y Tecnología a la ciudad.

 

Suárez tiene claro el camino a seguir: promover que FinTechs, los nómadas digitales y los referentes de la industria de las criptomonedas se instalen en Miami inyectará a la ciudad ingresos que pondrán al estado de Florida en el podio de los más ricos de los Estados Unidos (hoy todavía está por debajo de Texas, California y Nueva York).

 

En palabras de Suárez, quiere que Miami sea “la ciudad más cripto-competitiva del mundo”. Así lo dijo en un diálogo con los gemelos Winklevoss, fundadores de la compañía de intercambio de criptomonedas Gemini. La charla fue publicada en sus redes sociales. Suárez lo dejó en claro: buscaba con esa reunión que los hermanos -célebres por su disputa con Mark Zuckerberg por la idea original de Facebook- instalaran una sede de la sección Latinoamericana de Gemini en Miami.

 

El profesor de la escuela de Derecho de la Universidad de Miami Andres Sawicki será uno de los moderadores del ciclo Miami Tech Movement y la ley, que organiza esa casa de estudios, donde estará presente el alcalde de Miami entre otras figuras del emprendedorismo local. Consultado por Startpoint, destacó el trabajo de “años” realizado por la ciudad: “Creo que el Mayor Suárez merece una tonelada de crédito por dejar en claro que Miami se va a acomodar para recibir a los emprendedores. No sé exactamente cómo, pero voy a dar un ejemplo reciente para ilustrarlo: REEF Technology (la red de estacionamientos y logística más grande de Estados Unidos) está lanzando un robot de delivery de comidas en Brickell (Miami). Servicios similares en San Francisco se encontraron con una enorme resistencia de parte de los políticos locales, que cuestionaron qué iba a pasar con la gente en la calle, entre otras cosas. Suárez trabajó eficientemente en mejorar la percepción de que Miami va a intentar cultivar este tipo de innovación como contraste con las trabas puestas en San Francisco”.

 

Con respecto al marco legal, el abogado explicó que las razones para el éxodo son varias:

  • Flexibilidad legal. “La ciudad ha tomado una postura acomodaticia a las regulaciones. Es difícil saber hoy qué reglas legales pueden ser un problema para el desarrollo de startups que aún no se han creado. Y aún es más difícil saber qué reglas aplicar si las autoridades consideran que no les gusta lo que hace tu emprendimiento. Entonces creo que la idea de que Miami va a tomar una posición relativamente laxa con respecto a las compañías que busquen innovar es uno de los principales atractivos”.
  • California vs. Florida. “Es evidente que esta posición entra en tensión con la tomada por el gobernador de California, quien decidió confrontar con las “big tech” como parte de su agenda política”.
  • Bajos impuestos. “La cuestión impositiva -bajos impuestos en general y la ausencia del impuesto sobre la renta individual, que sí existe en California- sin dudas ayuda. Pero hay muchas jurisdicciones con bajos impuestos y no se ve esta dinámica”.

 

La reducción de gastos, que muchos emprendedores adujeron para explicar su mudanza, tiene un costado preocupante: según reclaman tanto en Miami como en la otra sede de los nómades, Texas, las empresas se están aprovechando del bajo costo de vida para contratar empleados por un sueldo menor al que se pagaría en California. Consultada sobre esta situación, Leigh-Ann Buchanan aclaró que es algo que el movimiento tiene previsto prevenir: “Nuestro desafío es poner a los trabajos más arriba en cuanto a salario. Lo que vamos a intentar es que los trabajadores, que están más que preparados para trabajar en innovación y tecnología, puedan mejorar sus salarios. Si podemos expandir las industrias de la ciudad, podemos expandir la economía de la gente”, dijo.

El éxodo de Silicon Valley: quiénes se fueron y adónde

 

Que haya movimiento no quiere decir que Silicon Valley vaya a desaparecer. Lo que viene a demostrar este nuevo nomadismo es que en los tiempos que corren, y más aún a partir de la pandemia, nadie tiene asegurado ningún trofeo. Por eso, Miami tendrá que trabajar mucho para realmente establecerse como un centro en el largo plazo.

El movimiento había empezado antes, cuando las figuras más destacadas del valle decidieron instalarse en Miami. El co-fundador de Reddit, Alexis Ohanian, fue uno de los primeros: en 2017 dejó su residencia en San Francisco, donde se ubican los headquarters de la empresa, para vivir en Florida. El inversor Shervin Pishevar siguió sus pasos y compró una casa en Miami Beach un año después. Luego llegó el fundador de Shutterstock, Jonathan Oringer, los inversores Keith Rabois y David Blumberg.

Tal como publicó Forbes, neoyorquinos como Paul Singer y Carl Icahn movieron sus negocios a Florida. Leon Cooperman, el multimillonario ex fondo de inversión manager también, y vaticinó: “Sospecho que Florida va a rivalizar muy pronto con Nueva York como hub financiero”.

Mientras tanto, otro movimiento se puso en marcha con destino a Texas. Elon Musk ya está instalado en Austin. Hewlett-Packard, la misma empresa que catapultó el furor de Silicon Valley, decidió mudarse a Houston, y Oracle hizo lo propio.

 

Miami, hub tecnológico: ¿una moda o una tendencia de largo plazo?

 

A simple vista, Miami siempre había sido un lugar de paso. Una escala larga de camino a otro lugar, una visita a una feria de arte, unos días de playa y compras. ¿Cómo se convirtió en un lugar para quedarse?

 

Forbes definió cinco puntos para explicarlo:

  • Economía abierta
  • Medidas más laxas contra el Covid-19 y bajos números de infecciones
  • El boom del trabajo remoto
  • Políticas estables
  • Ausencia de impuestos a los ingresos

 

Gastón Bigio, cofundador de la agencia de publicidad Gut, cuya sede está en Miami pero trabaja para toda América, lleva diez años entre Florida y Argentina, observando de cerca la transformación de este destino: “Miami fue siempre un lugar difícil para atraer talento creativo. Era una ciudad americana poco sexy. Era vista como una ciudad clase B, si estabas en las otras estabas en clase A, como Nueva York, Chicago o Boston”. Según Bigio, había una cuestión de reputación que impedía el desarrollo. Con la pandemia, las virtudes de la ciudad se expusieron de golpe y de ahí el boom que estuvo también muy empujado por el crecimiento inmobiliario: “Es la nueva Manhattan a nivel real estate”, asegura.

 

La catarata de emprendimientos inmobiliarios tuvo un correlato explosivo en la demanda. “Desde junio del 2020 el mercado tuvo niveles nunca vistos”, dijo Daniel de la Vega, presidente de South Florida’s ONE Sotheby’s en una entrevista reciente con Forbes.

 

Algunos de los nuevos vecinos son celebridades como Ivanka Trump y Jared Kushner, que se llevaron una mansión frente al mar en la zona conocida como el “bunker de los multimillonarios”, de 31 millones de dólares. Entre sus vecinos están Julio Iglesias, el multimillonario del real estate Jeff Soffer y el inversor Carl Icahn.

Sin dudas es un movimiento de largo plazo”, sentencia Andres Sawicki, y destaca: “Una firma tecnológica necesita mucho apoyo -inversión, servicios legales, consultoría en negocios, etc. Esta es otra área en la que Miami ha crecido en la última década o más. Creo que la infraestructura para apoyar a los negocios para un hub tecno de largo plazo está. Por último, Miami es un lugar maravilloso para vivir, con recursos naturales increíbles (playas, parques como el Everglades), un arco de diversas atracciones culturales, excelentes escuelas y clima. ¿A quién no le gusta?

 

Para los fundadores de la agencia Gut, Miami tiene potencial porque “es muy diversa y las empresas buscan eso”. A la hora de instalarse allí, Bigio y su socio, Anselmo Ramos, advirtieron que había potencial para atraer talento creativo y aprovechar la multiculturalidad para jugar fuerte: armaron una agencia hecha por latinos pero para público no hispano. Salió bien, sus clientes van desde la cadena de comida Popeyes, Philadelphia Cream Cheese, Tim Hortons en Canadá y Cerveza Patagonia en Argentina. “Nuestra apuesta era que si entregábamos una agencia creativa que lograra aparecer en el mapa de la publicidad, lograría atraer talentos. La reputación la hacés con el resultado creativo de la operación. Cuando hay algo bueno pasando mejora la imagen de la ciudad como usina creativa. Las empresas que se están instalando están contribuyendo a cambiar la percepción de la ciudad”.

 

Nadie tiene una bola de cristal”, dice Leigh-Ann Buchanan. “Del 2020 hemos aprendido que no podemos predecir. Lo que sabemos es que las cosas cambian. ¿Cómo lo vamos a aprovechar? Creamos un ecosistema amplio, para pensar en salud, en inclusión. Hemos donado 10 millones de dólares para comprar computadoras para que las personas tengan acceso a Internet en las comunidades con bajos recursos. Son cambios sistémicos para una nueva Miami. No es solo económico. Es un cambio a nivel comunidad”.

 

Europa y sus hubs tecnológicos

Mientras en España el histórico tironeo entre Madrid y Barcelona por ser la sede de empresas tecnológicas se vio postergado por la pandemia y el trabajo remoto, Portugal logró paso a paso consolidarse como un destino atractivo para la industria. El gobierno luso supo reconocer a tiempo el ambiente propicio para atraer talento y desde 2016 ha fomentado la instalación de compañías de renombre orientadas sobre todo a soluciones tecnológicas. Empresas como Acronis o Enimbos, orientadas a tecnologías cloud, llegaron a Lisboa, ciudad donde ya en 2018 Google había puesto un pie para crear una sede y contratar 1300 empleados.

 

Los países bálticos no se quedan atrás: desde hace algunos años, Letonia, Estonia y Lituania están promoviendo el asentamiento de startups en sus tierras por medio de medidas como:

  • Startup visas. Permisos de residencia para no europeos que quieran fundar una empresa o hacer crecer un negocio.
  • Soporte económico. En Letonia, se exime de impuestos individuales a los trabajadores de startups y los impuestos sociales son muy bajos.
  • Digitalización y gestión remota. Estonia se convirtió en una referencia en Europa por las posibilidades de gestionar todo a través de plataformas digitales. Si la burocracia es un problema en otros países de la región para los emprendedores, aquí sucede todo lo contrario. Tanto, que se suele decir que allí todo trámite puede hacerse por Internet, “excepto casarse, divorciarse y comprar una casa”.
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