Abogados. Por lo general no nos gusta tener que tratar con ellos. Puede parecer que solo están ahí cuando tenemos problemas. Pero lo cierto es que, a menudo, hay que recurrir a ellos porque no se han solicitado sus servicios antes (no se previó, y sí se lamentó).

En el caso de tu startup, es recomendable que te plantees en qué momentos contratar los servicios de un despacho legal te puede facilitar mucho el camino emprendedor. No solo nos referimos a las startups relacionadas con el sector de la biotecnología, (que está tan en auge y que es uno de los más regulados, con normas tanto nacionales como comunitarias que se van actualizando cada día), sino a cualquier startup con ganas de evitar muchos problemas futuros. 

Desde la creación de una sociedad hasta la celebración de contratos mercantiles, pasando por todo lo relativo a la propiedad intelectual e industrial: las startups y empresas que quieren lanzarse en la aventura del camino emprendedor necesitan la ayuda de un abogado.

 

Descubre qué necesitas en cada etapa con este artículo de Gowper, despacho de abogados Legal Tech especializado en proveer servicios jurídicos a startups.

En los inicios de tu startup

Inicialmente, como emprendedor o emprendedora tienes una idea o concepto a desarrollar, y aquí la necesidad del abogado/a es prácticamente nula, salvo que existan dudas acerca de la legalidad de tu idea. Sin embargo, conviene identificar y prevenir potenciales desavenencias entre socios fundadores para evitar problemas en el futuro.

Pacto de socios

En esta etapa, redactar un pacto de socios, un documento privado entre co-founders, es esencial para evitar problemas a medio y largo plazo, como algunos de los ejemplos que veíamos en este otro post. 

Este pacto entre socios se puede hacer antes o bien después de la creación oficial de la empresa, aunque te recomendamos que, si puedes, lo hagas antes. 

Una vez que ya has hecho tus estudios de mercado, tus entrevistas de descubrimiento de clientes, que has validado tu nicho, ya estás encauzado en la aventura biotecnológica. Necesitas una identidad, tanto comercial como jurídica, y esto implica la asistencia de un profesional de la abogacía. 

Identidad

La identidad te permite diferenciarte y darte a conocer, pero también te permite constituir la sociedad en su momento. Lo habitual es que la mayoría de las startups comiencen sin haber registrado una marca o nombre comercial, (sí que tienen una identidad, pero no está protegida). 

Esto es entendible en el contexto de necesidad de reducción de gastos a la hora de iniciar un proyecto, pero se trata de una práctica peligrosa que puede acarrear más de un problema y muy desaconsejable desde el punto de vista jurídico y empresarial: te expones a riesgos de usurpación, vulneración o conflicto con signos distintivos preexistentes. 

Optes por cualquiera de las dos situaciones (proteger o no), el dar con la identidad visual idónea (especialmente desde el punto de vista jurídico) es una tarea complicada,  ya que no solo consiste en encontrar esos signos distintivos que mejor definen tu negocio, sino que además no infrinjan los derechos de terceros. También lo es dar con un nombre de dominio libre que refleje la identidad escogida, ya que puede haber tenido lugar una ciberocupación o registro abusivo de nombres de dominio

Incluso si no quieres registrar tu marca por ahorrar, un abogado facilitará enormemente el proceso de conformación de una identidad al verificar su disponibilidad para el uso. Una vez tenemos la marca o el nombre comercial, el siguiente paso es la constitución de la sociedad. 

Constitución jurídica

Elegir una forma social, elaborar sus estatutos y constituirse es un punto crítico para una startup, y por supuesto para las biotecnológicas también. Esto es lo que va a permitir que actúes en el mercado con una responsabilidad personal limitada, por ejemplo, o que puedas recibir financiación. 

Lo cierto es que en internet pueden encontrarse a muy buen precio, e incluso gratis, toda una serie de información, documentación, modelos e instrumentos para llevar a cabo la constitución de una sociedad. Sin embargo, se trata con toda seguridad de la opción menos recomendable. La constitución de una sociedad no es solamente la regularización del inicio de una actividad empresarial, sino que constituye una vía de limitación de la responsabilidad personal del emprendedor o empresario, a la vez que se forma sobre un conjunto de reglas de comportamiento interno y externo – los estatutos sociales de la sociedad (además de otros documentos internos, como pueden ser los pactos parasociales o acuerdos entre socios de los que te hablábamos). 

La constitución de una sociedad no es solamente la regularización del inicio de una actividad empresarial, sino que constituye una vía de limitación de la responsabilidad personal del emprendedor o empresario, a la vez que se forma sobre un conjunto de reglas de comportamiento interno y externo denominadas estatutos sociales.

Una startup es por definición, una empresa en crecimiento que necesitará una constante inyección de financiación, por eso sus estatutos sociales deben estar perfectamente adaptados. 

Un paso en falso en la constitución de la sociedad puede poner en peligro el proyecto entero, o en el mejor de los casos, ralentizar enormemente el avance de tu startup. Acudir a modelos genéricos de internet no supervisados por abogados especializados es casi tan peligroso como firmar un contrato sin leerlo. Lo que todo negocio necesita es constituirse sobre sí mismo y para sus necesidades, es decir, tener la forma jurídica adecuada y los estatutos precisos.

Cuando se constituye una sociedad, el abogado no solo sirve de guía legal en los pasos a seguir, y aconseja sobre las mejores opciones, sino que elabora los estatutos de la sociedad, reflejando las distintas variantes de configuración de su órgano de administración y dotándolo de la necesaria flexibilidad, o la modalidad de convocatoria de las juntas generales adoptadas a las tecnologías más actuales, o la forma, mayorías sociales y requisitos más convenientes para adoptar los acuerdos sociales, mediante opciones que impidan el bloqueo en beneficio de la sociedad misma o de sus socios, o regulando un sistema eficaz de salida y entrada de nuevos socios, de modo que la financiación pueda fluir constantemente y que la sociedad pueda acudir incluso de rondas o procesos de financiación, así como también los pactos o acuerdos entre los socios fundadores, etc.

Forma social

Otra de las cuestiones importantes son el tipo social a elegir, y si bien en España las opciones son más conocidas, en otros países europeos existen opciones muy ventajosas desde el punto financiero y fiscal, o incluso, tipos societarios supranacionales. La figura de un abogado agilizará todos estos puntos, y además permitirá la elección más concienzuda. 

Estatutos, capital y financiación

Haciendo especial hincapié en las necesidades de financiación de una Startup, un abogado será esencial para la conformación de unos estatutos que te preparen para acudir a rondas de financiación con inversores, o para organizar el capital social entre los fundadores y acorde a su participación y aportaciones. 

Los inversores normalmente exigen una serie de facilidades dispuestas en los propios estatutos de la sociedad, y es conveniente que estos ya prevean estas exigencias, pero de modo que además protejan a la empresa. 

No debes ver la negociación del contrato de financiación como un trago amargo para tu startup que no tiene capacidad de hacer nada: si el inversor desea invertir es porque tienes algo que ofrecer, y esto debe conducir necesariamente a una negociación donde nazca un acuerdo favorable a ambos. Tu abogado debe conseguir el mejor acuerdo posible con el VC o inversor. 

Si además tu startup se dedica a la biotecnología, aparte de todo lo anterior, deberás observar también varias peculiaridades:

  1. La primera sería relativa a los propios Derechos de Propiedad Intelectual e Industrial, los secretos comerciales y activos intangibles (Derechos IT): es necesario prever desde los estatutos una serie de pautas sobre su desarrollo, protección y salvaguarda. 
  2. Administración: en las startups biotecnológicas suele existir un Consejo de Administración Científica, que es un órgano similar al de administración, pero que regula todo lo relativo al desarrollo e innovación científica del proyecto/proyectos que dan vida a la sociedad. Dado que se trata de un órgano no regulado por la ley, su configuración es enteramente privada, debiendo especificarse en un reglamento por separado o incrustado en los propios estatutos. 

Precauciones respecto a tu equipo

Como decíamos, los Derechos IT son el activo más importante de una startup tecnológica, sobre todo en sus inicios. De manera que, en general, deberás tomar no una, sino varias precauciones relacionadas con las tecnologías de la información respecto a tu equipo, tanto empleados como fundadores. Se tratará principalmente de la redacción y suscripción de acuerdos de confidencialidad, desarrollo e invención, y de no competencia. El abogado es, nuevamente, una figura esencial en la configuración de estos acuerdos, que no hacen sino proteger al negocio en sí. 

 

Startups ya constituidas

Pero la figura del abogado/a no solo es necesaria en los inicios de tu actividad: una vez tu startup tecnológica está constituida y operando, se intensifican las tareas legales, (y eso, de hecho, indica que el negocio está funcionando):

  • relaciones de tu startup con terceros (mayoritariamente, proveedores o clientes)
  • administración pública
  • stakeholders en general

Todos los contratos que suscriba tu startup deberían ser elaborados, o en su caso revisados, por tu abogado de confianza, porque de ello va a depender la protección de tus activos materiales e inmateriales más importantes. 

Además necesitarás proteger…

  • los activos intangibles y secretos comerciales de la empresa
  • los Derechos de Propiedad Intelectual e Industrial
  • el cumplimiento normativo
  • el cumplimiento de la RSC (Responsabilidad Social Corporativa)
  • la contratación y compraventa de bienes y servicios
  • los incumplimientos contractuales, etc. 

Subvenciones

También puedes participar o solicitar la concesión de subvenciones, e incluso de ayudas o becas de investigación para científicos (si tu startup es biotecnológica) tanto nacionales como de la Unión Europea.

Si es tu caso, deberás prestar especial atención al cumplimiento eficaz de los términos del acuerdo de subvención, incluidas cuestiones relacionadas con la documentación financiera y contable, puesto que en caso de auditoría, tendrás que justificar el correcto desempeño de las actividades financiadas, así como la adecuación de tus gastos. 

Internacionalización

Y ¿qué sucede cuando quieras traspasar las fronteras nacionales e incluso comunitarias? En las actividades de internacionalización también será necesario acudir a los servicios de una firma de abogados.  Porque, hoy en día, ¿qué empresa puede negarse a ser global?

En definitiva, contratar un abogado para todos estos asuntos no debe verse como un gasto superfluo y evitable, sino como un seguro para el presente y futuro de tu negocio.