¿Qué es un emprendedor en serie?

Por emprendedor en serie podemos entender a una tipología de emprendedor que inicia proyectos de manera recurrente en el tiempo. Por lo general funcionan de la siguiente manera: después de haber concebido una idea de negocio, ayudarlo a hacerlo crecer y una vez que han alcanzado su umbral de rentabilidad o el suficiente atractivo para que otras personas asuman el control proyecto, lo venden y vuelven a buscar otra oportunidad de negocio. Se trata de ese emprendedor cíclico, que repite la experiencia, bien por convicción o bien por estilo de vida.

Y centrémonos en la acotación «por lo general» del párrafo anterior. Paradójicamente, también ser veterano en el fracaso es un factor de éxito a la hora de emprender. Cuando lo has intentado varias veces, es lógico que la probabilidad de fracasar disminuya.

El emprendedor en serie suele estar especializado en las primeras etapas de la creación y desarrollo de negocio, asume cada proyecto como un reto y suele desarrollar una alta capacidad de gestión de recursos y personas, así como una gran creatividad, con el fin de lograr que los proyectos salgan adelante. Es como una incubadora andante de proyectos. También son conocidos en el argot internacional como “serial entrepreneur” y algunos se autodenominan de esa manera en sus tarjetas de presentación o redes sociales.

 

¿Qué los lleva a emprender en serie?

En las diversas entrevistas que existen en internet a emprendedores en serie, todos aluden, en mayor o menor medida a una idea: se trata de un estilo de vida.

En ese sentido, cada proyecto, cada idea de negocio, cada oportunidad, es un reto en sí mismo. Y la manera de buscar los recursos (económicos, personas, estructurales, contactos, etc.) y las oportunidades de crecimiento y desarrollo del proyecto se convierte en una manera de vivir.

Otros lo relacionan más con el hecho creativo, la imposibilidad de desembarazarse de una idea de negocio que ronda su mente, de dejarla pasar y seguir la vida como si nada. Cuando aparece la idea y se alumbra la bombilla, se sienten interpelados y no hay vuelta atrás. Una voz interior les incita a poner toda la carne en el asador hasta la culminación de esa idea.

A algunos les gusta la “adrenalina” de saberse con un tiempo determinado para levantar un proyecto, a otros les mueve la idea de enfrentarse a desafíos diferentes. A otros les gusta los entornos cambiantes y dinámicos, y entienden esta manera de funcionar como una forma de encontrar una motivación constante.

En España, figuras de diverso perfil, como Miguel Vicente, cofundandor de Antai Venture Builder, Lupina Iturriaga, fundadora de Fintonic o el joven emprendedor tecnológico Pep Gómez, pueden ser considerados emprendedores en serie. En palabras de María Benjumea, fundadora de Spain Startup-South Summit, más bien se tratan de profesionales de la innovación.

Una variación de este estilo de emprendedor es el denominado ‘emprendedor en paralelo’. Son las personas que inician dos o tres proyectos al mismo tiempo, y dedican sus fuerzas a que van creciendo las ideas hasta que una o varias de ellas termina por resultar un negocio rentable. Esta variación es un habitual de Silicon Valley, pero en otros países como España es casi un rara avis.

 

 

Retrato Robot del emprendedor en serie

Emprendedor en serie - CISE Startpoint-Menacho

 

El emprendedor en serie suele ser hombre, tener estudios superiores, llevar el emprendimiento en la sangre y ha entrado ya hace tiempo en la treintena. Eso dicen las estadísticas en España, y es similar al resto del mundo.

No obstante las nuevas leyes y políticas nacionales de emprendimiento prometen cambiar las tornas y contribuir a una mayor equidad de género. Un punto importante reflejado en el Informe Global 2019/2020 de GEM (Global Entrepreneurship Monitor) es que los hombres están más motivados por el beneficio que las mujeres, a quienes  por lo general les motiva el propósito, tener un impacto positivo en el mundo. Precisamente cuando los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030 de las Naciones Unidas son más necesarios que nunca, este hecho puede ser algo que catapulte todavía más el emprendimiento femenino.

Aunque la mayoría de emprendedores en serie tienen condiciones innatas para desarrollarse con soltura en el mundo del emprendimiento, los hay que no sospechaban de su capacidad y han ido adquiriendo habilidades con la experiencia. Sea de una manera congénita o adquirida, lo cierto es que existen características que podemos considerar comunes a este tipo de emprendedores. Repasemos algunas de ellas:

Gran autoconfianza.
El emprendedor en serie tiene confianza en sus capacidades. Es una cualidad casi innegociable. En el camino, el emprendedor en serie tendrá que tomar casi a diario decisiones complejas. Por ello, una personalidad titubeante suele ser incompatible con un emprendedor en serie. La firmeza en las decisiones, resiliencia y la fortaleza deberán ser compañeros de viaje.

Detección de oportunidades de negocio en medio de la incertidumbre.
El emprendedor en serie suele llevar ya tiempo en el ecosistema empresarial y es capaz de valorar los riesgos de una propuesta de manera realista y sin romanticismo. Así mismo, está atento a las tendencias sociales y es capaz de evaluarlas e interpretarlas en clave de oportunidad. El emprendedor en serie tiene olfato para detectar puertas que se abren, así como desechar otras que se dirigen a nichos de mercados saturados.

Adaptación a entornos cambiantes.
Convivir con la incertidumbre tiene sus ventajas. Los emprendedores en serie son los primeros en reaccionar cuando los paradigmas conocidos cambian. Tienen facilidad para hacer pivotar un negocio tomando las riendas del mismo, y presentan gran flexibilidad en su toma de decisiones. No repiten necesariamente esquemas preconcebidos. Dan el primer paso en medio del estupor general y saben adquirir las primeras posiciones en cualquier carrera. La capacidad de impulsar iniciativas ante una nueva coyuntura va en el ADN del emprendedor en serie.

Creación de buenos equipos de trabajo.
Haber emprendido en proyectos de diferentes naturalezas tiene sus ventajas. Las agendas de los emprendedores en serie están nutridas de profesionales de diversos sectores, y pueden echar mano de ella en cualquier momento. Profesionales tanto de la comunicación, del universo IT o especialistas en Marketing Digital son habituales de sus libretas. Y no solo eso, son capaces de evaluar cómo conjugarían esos profesionales en un mismo entorno laboral.

Intuición y buen análisis del mercado.
El emprendedor en serie es capaz de combinar ciencia y fe de la manera correcta. Al ser un gran conocedor del ecosistema empresarial sabe evaluar cómo se encuentran los nichos de mercados a los que se dirige, pero también tiene una gran capacidad intuitiva. Allí donde no llegan los datos, la matemática, los informes, llega la intuición. Esto no sucede porque sí, no hay una varita mágica, es el resultado de numerosos ensayos “prueba-error”. La experiencia entrena la capacidad intuitiva.

Know how para dirigirse a un inversor o stakeholder.
Un emprendedor en serie sabe “tocar la tecla” adecuada frente a un inversor o grupo de inversores. Conoce bien cuáles son las características que busca un inversor en los proyectos, en qué andan interesados. Sabe que la tracción es fundamental, y también mostrar foco en las decisiones importantes, que ha de transmitir que cuenta con un equipo fiable, etc. Tiene características propias de una persona dedicada a las relaciones públicas.

Emprender en serie es emprender en serio.
Un emprendedor en serie no acepta proyectos por hobby, deporte o por entretenimiento. Lo hace por convicción y se deja la vida en ello. El emprendedor en serie tiene un alto grado de responsabilidad, sabe que cada uno de sus proyectos involucra a muchas personas y estas dependen de su capacidad de liderazgo. Por tanto, su implicación es máxima y se lo toma como una etapa de la vida que exige toda su atención.

 

¿Y si lo que buscabas aquí era un emprendedor en una serie de televisión?

Además de las series que encontrarás en ese artículo, quizás la que más se acerca a reconstruir un día a día en el mundo del emprendimiento sea Silicon Valley, una comedia norteamericana centrada en el universo startups y que consta de seis temporadas. Luego hay otras que muestran el mundo empresarial, pero desde otras ópticas más transversales: Mad men, sobre el mundo de la publicidad en los años cincuenta, Suits, desde la exigencia de un despacho de abogados de alta alcurnia, la galardonada Succession, desde la oligarquía económica estadounidense que maneja los medios de comunicación, o incluso House of cards, que va sobre el ascenso en la vida política.

Todas ellas, en mayor o menor medida, son capaces de ofrecer claves desde la ficción para entender mejor el ecosistema emprendedor.